Por fin llegó el reencuentro! Después de casi 5 meses viajando por Asia llegué a Italia a juntarme con mis papás, y casi ni llego! Les cuento, iba todo súper bien: llegué al aeropuerto a tiempo, el avión despegó un poco atrasado pero nada grave, porque para mí combinación en Abu Dhabi tenía dos horas. La cosa es que en algún momento el avión empezó a andar más lento o algo así, pero me bajé del avión a la misma hora que debía despegar el otro vuelo, en total éramos 5 personas con la misma combinación, y menos mal nos estaban esperando, corriendo por el aeropuerto para llegar al avión que sólo nos esperaba a nosotros.
Y el reencuentro! Estuvo muy entretenido, y no le faltaron anécdotas: estábamos a punto de irnos del aeropuerto, después de mucho tramitar con el arriendo del auto (porque a la empresa se les cayó el sistema) cuando mi papá se da cuenta que les faltaba una maleta! Estaban tan apurados por salir, preparando la cámara y todo que se les quedó una maleta adentro!! Menos mal esto es Italia y no Estados Unidos o Chile! Porque ahí estaba muy solita abandonada al lado de la cinta de maletas, nadie se había dado cuenta. Justo un par de días después leímos una noticia que habían evacuado un aeropuerto por una maleta abandonada.

Recuperada la pobre maleta (digo pobre, porque no soportó tanto viaje y murió finalmente en Roma, donde fue reemplaza por una nueva) partimos a Orvieto, una ciudad que pertenece a la Umbría y queda a un par de horas de Roma. Orvieto fue primero poblada por los etruscos y está construida en la cima de un cerro, por lo que tenía cierta protección natural. Al igual que muchas ciudades italianas que visitamos, está llena de callecitas en las que es muy entretenido perderse.

Cómo llegamos bastante tarde no pudimos recorrer mucho esa primera noche, pero al día siguiente teníamos toda la mañana así que a “madrugar”. Visitamos primero la catedral: el Duomo, que se comenzó a construir en 1290. Aparte de ser muy linda y grande, adentro habían frescos y esculturas de distintos artistas, entre los que destacan la obra maestra de Luca Signorelli: el Juicio Final.

Después partimos a un tour por unas cuevas, Orvieto entero tiene un sistema de cuevas, donde las privadas se siguen usando hoy en día, como sótanos o bodegas de las casas. Las que visitamos son unas de las pocas cuevas públicas, estas las usaban para varias cosas: para hacer aceite de oliva, pues la temperatura en ellas era más bien constante y adecuada para esta actividad, que al día de hoy no ha variado tanto. También se usaban como bodega, refugio y lo peor de todo!!! Hay una parte especial dedicada al cultivo de palomas! Casí morí, menos mal hoy no hay ninguna paloma ahí.

Y para terminar nuestra visita al pueblo fuimos al pozo de San Patricio. Este pozo de 53 metros fue construido en el siglo XVI por Antonio da Sangallo y la gracia que tiene es que tiene dos escaleras de caracol alumbradas por 70 ventanas, las que permitían la subida y bajada de asnos cargados con agua, sin que se cruzaran en el camino. Este pozo ayudó a fortalecer a la ciudad y hacerla aún más autónoma, pues antes de ser construido debían traer el agua desde abajo del cerro, y ante un probable ataque podrían quedarse sin agua.

Además de eso caminamos por algunas de sus calles, que me encantaron!!