Si! Viajé a Europa! Es un viaje más bien express y social, antes de ir a Granada pasé por Paris, donde me quedé con la Fran y su tía, mi amiga con la que viajé a Marruecos y España el año pasado. Esos dos días que estuve ahí aproveché de ponerme al día con el blog mientras ella estudiaba, fui a dar una vuelta al barrio de Montmartre con un amigo, y bueno copuché mucho con la Fran.
Después de París me fui a Granada, donde me junté con Jamie, un amigo inglés que ya lleva casi un año viviendo en esa ciudad. El día que llegué tuve que esperarlo, pues estaba haciendo clases, así que aproveché de ir a misa, y recorrer alrededor de la catedral. Mientras lo esperaba, un grupo de músicos (El cuarteto del amor), me cantó, así que genial. Cuando ya nos encontramos con Jamie, nos fuimos de tapas por ahí cerca del centro.

Al día siguiente, después de comerme una tostada con tomate para el desayuno, mientras Jamie trabajaba, partí a perderme por el barrio de Jamie: el Albaicín. Es un barrio que está en un cerro, lleno de callejones para descubrir: casas, miradores y plazas. Este barrio es perfecto para perderse y descubrir los distintos rincones que tiene. Así llegué al mirador de San Nicolás, uno de los más conocidos, donde se ve Granada y la Alhambra. Al final terminé en una plaza cerca de la casa de Jamie, que tiene una vista increíble de la Alhambra y que con los colores otoñales se veía demasiado linda, además tuve un momento perfecto: imagínense la vista, los colores y el viento necesario para que las hojas caigan de los árboles mientras yo estaba ahí.

Para el almuerzo Jamie preparó un curry y compartimos con su vecina, Julia, una australiana muy simpática. Después de descansar un poco, él volvió a sus clases y yo aproveché de perderme en el centro (donde había una feria navideña) y visitar la catedral. Debo decir que me gustó bastante Granada, me encanta la gente de acá, es muy amistosa y alegre!

Al día siguiente nuestro plan de ir a una feria de libros y recorrer cerca del centro se acabó en el segundo que cerramos la puerta: a Jamie se le quedaron las llaves adentro. Cómo nos rehusamos a pagar a un cerrajero sin antes intentar abrir la puerta o al menos alguna de las ventanas, empezó el show! Jajajaja las vecinas de Jamie se reían de nosotros: tratamos la clásica tarjeta con la puerta y con la ventana, también los cordones de los zapatos para tratar de levantar la palanquita de la ventana, fuerza bruta, y finalmente lo que resultó, después de dos horas intentando y yo ya muerta de hambre, fue un alambre y un gancho que nos pasó Julia. Fue genial!! Después de eso, partimos a almorzar afuera y me comí un solomillo de ternera exquisito con una copita de Sangría.
Aprovechando que en verdad los días han estado increíbles y que mientras hay sol no parece invierno fuimos a Sacromonte, donde vimos las cuevas, conversamos con algunos de los que viven ahí: gitanos, artistas flamencos, bohemios, extranjeros; terminamos en la cima del cerro, donde la vista de la ciudad es impresionante. En la noche fuimos a una fiesta de unos amigos de Jamie, y bueno, más que nada había puros extranjeros.

Y bueno para terminar mi estadía en Granada, les voy a contar la aventura que fue llegar al aeropuerto de Málaga: lo que yo quería hacer era tomar un bus directo al aeropuerto, o en su defecto un bus a la estación de Málaga y de ahí uno al aeropuerto, pero cuando llegué a comprar el pasaje no quedaba nada disponible hasta como las 4 de la tarde, mi vuelo era a las 5, así que cero posibilidades de llegar. En eso me acuerdo de blablacar y reviso si alguien viaja a Málaga en la próxima hora y si!!! Y después de hablar con la persona que iba a viajar, quedamos en que me iba a llevar al aeropuerto! Así que después de usar todo el roaming pude llegar a la hora.
