Wilson’s Prom es un parque nacional que queda en la parte más al sur del mainland de Australia. Son 50.460 hectáreas que incluyen bosques, playas, montañas (o más bien cerros). Para los nativos de Australia es parte de una tierra sagrada que ellos llaman Yiruk o Wamoon.
Se puede hacer un paseo por el día (aunque queda como a 3-4 horas de Melbourne) o pasar incluso una semana, se pueden hacer caminatas, camping, disfrutar de la playa y creo que hasta se puede surfear en algunas de ellas.
A este parque fui con Ana, mi amiga española y con Esra, amiga de Ana que conocí en mis primeros días acá, así que ya nos hemos visto un par de veces. Ella es de Turquía y está estudiando acá. Obvio la primera noche nos atrasamos en salir, así que terminamos comiendo en un McDonald’s en la carretera y después de dar muchas vueltas, acampamos casi que en medio de la nada. El amanecer al día siguiente fue muy lindo, o sea el post-amanecer.
El post amanecer y las amigas
Seguimos manejando un poco más y finalmente llegamos al parque, desayunamos y partió nuestra caminata en Telegraph Saddle y nos fuimos hasta Sealers Cove, donde almorzamos y dormimos siesta. El camino para allá era en medio de árboles y un poco en bajada. Después seguimos nuestro camino hasta Refuge Cove, donde pasamos la noche. Acá el camino siguió rodeado de árboles, pero podíamos ver el mar de vez en cuando.
Al día siguiente, después de haber pasado la noche en una carpa para dos jajajaja, empezamos nuestro regreso pero por un camino distinto: Little Waterloo Bay y el camino cambió un poco, porque el mar acá es súper Calipso y la arena blanca blanca. Todos los paisajes que veía eran increíbles! Me encantó demasiado y me habría quedado más días. A pesar que no dormí tanto en las noches, yo estaba como llena de energía!
En total creo que caminamos un poco mas de 30 km en los dos días, no estoy muy segura! Debo decir que Wilson’s Prom se convirtió en uno de mis lugares favoritos de Australia, lo recomiendo 100% , eso si hay que venir preparados para el camping, menos mal la Ana me salvó con todo, yo solo tenía mi súper apañadora mochila. Gracias Ana y Esra por un fin de semana increíble!
Ir a la great ocean road es un paseo típico que hacer acá, se puede hacer en un día, pero con la Ana y la Fran decidimos arrendar una campervan y partir por todo un fin de semana.
La van era básicamente un furgón adecuado como camper con unas maderas y colchones. Obvio que no había automático por el precio que pagamos, así que no nos quedó otra: manejar al otro lado, con una van y mecánica!! Pero fue cero difícil, de hecho relajante, lo raro es que la palanquita para prender los limpiaparabrisas con la palanquita para prender las luces, están cambiadas!! Así más de una vez cuando quería indicar que iba a doblar a la derecha, me ponía a limpiar las ventanas, y viceversa: quería limpiar y activaba los indicadores.
Nuestra primera para fue Lorne, un pueblo playero, donde almorzamos Fish and chips frente al mar.
Great Ocean Road, la van y Lorne
De ahí seguimos hasta Keneth River, donde la Ana y la Fran se sacaban fotos con unos pajaritos, mientras yo las miraba de no tan lejos, traté de acercarme pero no fui capaz! Igual eran súper lindos y colorinches. Luego, gracias a que mi jefe nos mandó con algunos tips para disfrutar más el paseo, seguimos un camino donde se supone que podíamos ver Koalas! Mientras estábamos en la búsqueda de Koalas, se nos cruzaron varios canguros, y uno de ellos tenía un cangurito en su guata. No sé si habrá sido coincidencia o no, pero todos los canguros andaban en grupos de 3. También vimos un Wallaby, que es como un mini canguro. Finalmente logramos ver a dos koalas! El primero lo vimos subiéndose a un árbol, el pobre se espanto con nosotras yo creo, así que le sacamos un par de fotos y lo dejamos ser. El otro lo vimos muy tranquilamente descansando en un árbol a la orilla del camino.
Ya se nos estaba haciendo tarde así que partimos a Apollo Bay, el siguiente pueblo. Acá buscamos un lugar medio escondido para dormir y al día siguiente partimos a la playa a tomar desayuno, caminamos un rato por ahí, vimos a un grupo de amigos pescando, muy tranquilo el pueblo.
Después seguimos nuestro camino, y fuimos a un parque donde se podía caminar por la copa de los árboles. Fue algo interesante y lindo, aunque esperaba algo más adrenalínico jajajajaja.
De ahí seguimos nuestro camino hasta Port Cambell, pasando por la mayor atracción del paseo: los 12 apóstoles, en verdad impresionantes. También pasamos a Loch and Gorge y Gibson steps. Para que se hagan una idea, a estar playas hay que bajar, están rodeadas por acantilados, es muy lindo todo! Todo el paisaje de esta carretera es una mezcla de gargantas, acantilados, montañas, campos (ovejas y vacas), playas.
Y así terminó nuestro segundo día, encontrar un lugar para dormir fue un poco más complicado, pero lo logramos!! Al lado de unas vacas jajajajaja. Esa noche nos produjimos con la comida e hicimos hamburguesas con arroz!! Al día siguiente tratamos de buscar un lugar que mi jefe me había hablado pero en cambio encontramos un mirador con una playa muy linda, así que tomamos desayuno ahí, la mejor vista de la vida.
Algunas fotos del camino
Y bueno así llegó a su fin nuestro paseo, avanzamos hasta el pueblo siguiente, donde fuimos un rato a la playa y regresamos a Melbourne!
Mi semana partió con la clase de natación de los niños, así que a aprovechar la piscina obligada! El resto del día fue relax, almorzamos con unas amigas de la Hui y jugar con los niños. El día siguiente era día de aseo, así que me quedé sola con los niños, hicimos plumones (marcadores) o como decían ellos nos dedicamos a hacer colores. Es una maquinita genial donde tú mezclas el amarillo, rojo y azul y vas armando distintos colores. Obvio que después nos dedicamos a dibujar y me sentí una artista! Estaban todos felices porque yo sabía dibujar tantas cosas: butterflies, spiders, monkeys!! Ni les cuento mis dibujos jajajaja los que me conocen van a entender, pero ellos supieron entender mi arte abstracto y deforme!
A natacion con los goggles! Y haciendo colores 😀
En la tarde el panorama era ir a ver una película con más gente, y fue genial, vimos Insideout (Intensamente) y la recomiendo 100%, creo que los adultos la disfrutamos más que los niños, para los que no la conocen, creo que logran explicar el funcionamiento de nuestras mentes, pero presentado de manera más didáctica. Esa noche acompañé a la Hui a la despedida de una de sus amigas que volvía a Chile, ahí pude compartir más con sus amigas y son todas muy buena onda.
Mi tercer día durante el día fue bien relajado, clases de natación en la mañana, un poco más de piscina para mi mientras la Hui tenía práctica de coro (obviamente me mantuve alejada de esa práctica, por el bien de todo el mundo) y jugar en la tarde. Pero el evento del día fue el partido Chile – Uruguay en la noche, lo vimos en la casa de la Hui y vinieron unos amigos a comer: la Leo y el señor Tom, estuvo genial!!
Juntas y juegos!
Otro día partimos a un jardín botánico, Fairchild, muy lindo, lo ideal es recorrerlo caminando, pero dado el calor y que andábamos con los niños, nos subimos a una especie de tren/carro de golf. Es muy grande, con vegetación de distintas partes del mundo, lagunas y un mariposario, que todos disfrutamos. El regreso fue un poco caótico eso sí, porque le dijimos a los mellis que íbamos a ir a comprar todos los adornos para su cumpleaños y cuando llegamos a la tienda estaba cerrada por remodelación, los niños juraron que eso significaba que el cumpleaños estaba cancelado, no hubo forma de hacerlos entender que íbamos a volver otro día, a los pobres se les rompió el corazón. Igual todo se arregló más tarde, cuando fuimos al cumpleaños de una compañera del hijo mayor de la Hui.
Fairchild tropical botanical garden.
Y así se me fueron acabando los días en Miami, al día siguiente fuimos a almorzar a la casa de una amiga de la Hui, y bueno les debí haber descrito antes un poco donde vive la Hui, pero en resumen es una isla muy residencial de Miami y que tiene toda la pinta de pueblo chico: es seguro, se puede ir en bici o caminando a la mayoría de los lugares y… la gente anda en carritos de golf. Muy ñoña yo porque ese día anduve en carrito de golf y fue emocionante jajajajaja. Ese día los mellis amanecieron un poco resfriados así que no hubo clases de natación y en la tarde baje solo con Juanito (el mayor) a la piscina, no sé cómo pero logré entretenerlo todo el rato!
El sábado fuimos a un cumpleaños/asado a un parque que queda en la orilla de la playa y que está lleno de pájaros! Pero antes de eso, Juan nos regaló la mañana a mí y a la Hui, así que bajamos solas a la piscina 😀 Volviendo al cumpleaños, al comienzo me dio nervio que fuera en el día por el calor, pero el lugar estaba lleno de árboles y teníamos un techo, así que fue genial, los niños jugaban felices y los grandes también disfrutábamos. Ahí me encontré con una compañera de la U de mi hermana, fue divertido. Además pude ver un pavo real con su cola abierta, no han sido muchas las veces en mi vida en que he visto eso, así que genial! Cuando llegamos ya era casi de noche y antes de subir al departamento pasamos por la piscina, los niños (y yo!) estábamos felices! Y bueno, acá me sorprendí a mí misma, Agustín (uno de los mellis) después de un día lleno de emociones y comida empezó a toser y la Hui me dice: Va a vomitar! Así que rápidamente lo pesco, salimos de la piscina y vomitó, lo sorprendente es que yo no colapsé! Los que me conocen saben que yo arranco y colapso en este tipo de situaciones jajajajaja, así que prueba superada!
Piscina, asado y un pavo real!
Y así pasó mi última semana en Miami, el domingo bajamos todos a la piscina y después salimos a almorzar con la Leo y Tomás (a la Leo en verdad la vi casi todos los días), en verdad el tiempo se me pasó volando, me encantó haber vuelto y ver como estaba la Hui, y debo decir que los niños son geniales, cariñosos y muy obedientes. Hui demasiadas gracias por esos días, lo pasé increíble y ya quiero volver a verlos a todos!!
Acabo de terminar de escribir mis días en Miami y me di cuenta que quedó demasiado largo, así que los voy a dividir en dos partes: primero mis últimos días con la Caro y después los días con la Hui y su familia.
Después de una movida noche por fin llegamos a nuestro súper hotel en Miami. Cómo nuestras piezas no estaban listas partimos a disfrutar de las piscinas del hotel (si! Tenía más de una piscina). En verdad no aguantaba mucho al sol, así que cada dos segundos partía al agua. Así como para que cachen cuando fue todo esto, fue el día del partido de Chile con Bolivia. Para eso fuimos a un restaurant donde pudimos disfrutar el triunfo 🙂
El hotel y el triunfo de Chile.
Cómo habíamos tenido un día intenso de sol, el sábado partimos tempranito de shopping, y almorzamos en el cheesecake factory. Lo escribo porque yo, la muy huasa, nunca había ido a uno y en verdad la cantidad de cheesecakes que tienen es impresionante, me demoré mucho en elegir sólo uno. Cuando regresamos al hotel se nos ocurrió que no hacía tanto calor y partimos caminando desde el hotel hasta Lincoln Road. Obviamente después de un par de cuadras caminando me di cuenta que era sólo una ilusión después de tanto aire acondicionado, seguía haciendo mucho calor. Pero no me arrepiento, fue muy entretenido! Pude ver un poco más del look de Miami, encontré que tenía un look medio retro, además la primera parte la hicimos por una especie de camino que hicieron a la orilla de la playa y bueno mientras caminas te encuentras con todo tipo de personajes, como un chico (que estaba en su mundo) y nos empezó a hablar de lo “good looking” que era él, que porque nosotras nos maquillábamos tanto (nótese que andábamos con anteojos de sol y cero maquillaje), al comienzo era divertido y después se puso molestoso, así que cambiamos de vereda, pero seguimos encontrándonos con el por un rato, y cada vez que nos veía nos decía “Hey! Its you girls!” y se reía.
Lincoln Rd y Ocean Dr.
Bueno volviendo a la caminada, Lincoln Rd. es una calle, mayormente peatonal con tiendas y restaurants (a la que volvimos en la noche para comer algo), me gustó bastante. De ahí seguimos caminando hasta Ocean Drive, que queda al lado de la playa y está llena de restaurants más tipo bar, donde servían tragos en copones gigantes y al frente había un mini parque, donde hasta patinaban, como en las películas. Llegamos hasta donde estaba la casa de Gianni Versace y donde fue asesinado en 1997. Ese día después de comer nos tomamos unas copitas de champaña en el bar del hotel, fue de lo más entretenido ver la producción de la gente que iba! Me sentí cero producida jajajajaja y esa fue mi última noche con la caro 😦 debo decir que fueron días geniales y me encantó haber compartido esa semana con ella.
La antigua casa de Versace.
Al día siguiente fue muy relax, un poco de piscina, pasteles con diseño y mucha conversa con la Caro hasta que fue la hora de despedirnos, ella partió al aeropuerto y yo me junte con la Hui (mi amiga del colegio que vive en Miami con su familia). Todavía me queda una semana más de verano antes de irme a Australia!
Postres con diseño y la última noche! Gracias amiga por todo!
La siguiente semana fue un estilo completamente distinto y me sorprendí a mi misma! Ya se van a ir dando cuenta más adelante.
Llegamos a Fes de madrugada, todavía estaba oscuro, así que le hicimos caso a lo que nos dijeron todos: váyanse a la estación de trenes hasta que salga el sol. Estábamos agotadas después de viajar toda la noche, así que nuestro nivel de tolerancia estaba bastante bajo. Y como he escrito antes, Marruecos no es un país peligroso, sino que un poco agotador.
Después de recorrer un par de lugares en la Medina, encontramos un hotel, el dueño era un marroquí muy divertido, parecía volado permanentemente y a todo respondía “No pasa naaaada”.
La puerta azul y techos de Fes
Cómo estábamos agotadas, lo primero que hicimos fue buscar un lugar donde hacernos un masaje; al final optamos por un hotel tipo boutique súper pituco y patudamente preguntamos si podíamos ver el hotel y aceptaron así que tuvimos un tour privado. El hotel estaba en un Riad muy lujoso, y cada pieza tenía un tema y color asignado. Después de mostrarnos el hotel nos dieron té y dulces marroquíes, así que genial. Dejamos hora pedida para la noche y salimos a recorrer la Medina.
Las husas sacandole fotos al hotel!
Cómo no son muchas las medinas que conozco la puedo comparar sólo con la de Marrakech, ésta me pareció con calles más estrechas y quizás fue por el cansancio, pero sentí a los vendedores más cargosos que los de Marrakech. De todas maneras los colores y lo que se veía era muy interesante: vendedores (de todo!!), como no se permiten autos dentro de la medina, cada cierto rato teníamos que corrernos para que puedan pasar unos carros tirados por burros.
La medina y sus colores
Una de las grandes atracciones de Fes son las curtidurías, no estoy segura si esa es la palabra correcta en español, pero en inglés sería Tannery, que es donde tiñen el cuero. Los colores que se ven son muy lindos, generalmente el olor que hay es muy fuerte, pero tuvimos suerte de tener un día nublado y no tan caluroso!!
La Curtiduria
Después de seguir recorriendo teníamos ganas de comer comida mas occidental, así que ahí estábamos en un restaurant tratando de explicarles que yo quería un arroz con huevo frito y la Fran una ensalada de lechuga, nos fueron a preguntar por lo menos 3 veces como queríamos la comida y cuando la llevaron a la mesa, se quedaron mirando cómo nos comíamos esas cosas tan raras!
Al día siguiente decidimos irnos de Fes hacia Chefchaouen, así que sacamos pasaje para la tarde. Todavía teníamos varias horas libres antes de nuestro bus, así que aprovechamos de ir a conocer el barrio judío, no sé si fue porque era viernes (los viernes son como feriados allá) o qué, pero no nos gustó mucho. Lo que sí nos gustó fue un parque que tuvimos que cruzar, lleno de árboles, fuentes, además el día estaba muy lindo.
Y bueno, esa fue nuestra pasada express por Fes, y ahora al siguiente destino: el pueblo azul.
Puedo decir que en los 5 meses que llevaba viajando nunca tuve miedo de nada ni de nadie… hasta Marrakech. Voy a aclarar que al día siguiente se nos pasó todo el susto y hasta nos reíamos porque no eran para asustarse las calles. Bueno acá va la historia:
Llegamos al aeropuerto de noche, por lo que el bus público ya no estaba funcionando y para irse al centro de la ciudad la única opción era taxi. Nos habían dicho cuanto nos debería salir más o menos un taxi pero no nos dijeron que existía una “tarifa nocturna”, en la que se agrega el 50%, así que nosotras peleando con el taxista para que use taxímetro o bien nos cobrara lo que nos habían dicho. El problema es que había solo una “marca” de taxis de en el aeropuerto así que no nos fue tan bien, al final aceptaron llevarnos por menos, pero no nos dejaron donde queríamos (nuestro hostal quedaba en la medina, que es la parte antigua de la ciudad por lo que es peatonal), así que nos dejó en una de las primeras entradas, que no era la más cerca. Y justo cuando nos bajamos mágicamente apareció un chico que podía decirnos como llegar, no nos quedó otra, porque el taxista se fue y nosotras estábamos sin internet ni nada y las medinas pueden ser bastante laberínticas. Así partimos muertas de susto a seguir a este hombre, que resultó ser buena onda aunque un poco patudo para pedir la propina, en esos momentos pensé: “hasta aquí llegamos”, pero nos dejó en la puerta del hostal. Después de instalarnos salimos a recorrer un poco y dimos vuelta por la plaza principal de la medina. Se me había olvidado contarles, que camino al centro nuestro súper taxista atropelló un perrito o gatito, ya no me acuerdo mucho pero fue terrible!!
Recorriendo Marrakech
Al día siguiente fue todo mucho mejor, lo que parecía oscuro y feo resultó ser lindo y distinto, así que comenzamos a recorrer Marrakech con otros ojos más positivos. Al primer lugar que fuimos fue la plaza D’Jemaa El-Fna y desde ahí nos perdimos en la parte antigua: entre mezquitas y Souks, que son los mercados típicos. En una de esas perdidas conocimos a Moustafa y Monsiff y tuvimos una conversación súper interesante con ellos, especialmente con Moustafa. Ambos son musulmanes, la diferencia que uno era estricto en todo y el otro era más flexible para algunas cosas (tragos, cigarro, relaciones antes del matrimonio). Intercambiamos ideas y con la Fran tratamos de preguntarle hartas cosas, como para entender un poco su religión y cultura.
Muchas teteras, Moustafa y los colores de Marruecos
Jardin Majorelle
Al día siguiente recorrimos la parte moderna de la ciudad y fuimos al Jardin Majorelle, un jardín hecho por un francés, Jacques Majorelle, y posteriormente comprado por Yves Saint Laurent. Un lugar lindo, pero en el que hay que pagar y creo que quizás hay otros jardines y parques más lindos en Marrakech que no tuve la oportunidad de conocer. Después de eso nos refugiamos en tiendas porque se largo a llover con todo! Así que un poco de vitrineo no estuvo mal.
Algo interesante de Marruecos es el te: generalmente si alguien te ofrece te es para ser un buen anfitrión y no te va a cobrar, incluso es de mala educación rechazarlo (ojo: lo toman ultra dulce allá). La primera noche que salimos a recorrer alguien nos invitó un té y nosotras cachando cero y todavía un poco espirituadas lo rechazamos. Al día siguiente conversando con la gente local nos explicaron que desde el punto de vista social demuestra cortesía y hospitalidad de parte del dueño de casa hacia el huésped.
Te verde con menta -«The menthe». Licensed under CC BY-SA 3.0
En cuanto a las comidas probamos dos de los principales platos, el tagine y una pastilla. El tagine es originalmente un plato Berber (gente originaria del desierto de Marruecos), y su nombre viene de la forma del plato en que es servido. Generalmente tiene trozos de carne, pescado o ave, además de verduras (papas, zanahoria, tomates, etc), todo esto acompañado de varios condimentos como jengibre, azafrán, canela, etc. Tradicionalmente se come con la mano y acompañado de pan (parecido al pan pita o indio, no el típico que comemos nosotros). La pastilla en cambio tiene su origen en Andalucía y los árabes de ahí lo traspasaron a Marruecos. Es más que nada una especie de pastel de carne, originalmente de pollo, que combina sabores dulces con salados: es una masa rellena de la carne elegida, quizás lo más similar que tenemos nosotros es una empanada.
Probando el tagine, tagines con especias y una pastilla
Me gustó este primer encuentro con la cultura marroquí, algo distinto a lo que había visto en Asia, otro tipo de cateteo, mucho más intenso a la hora de querer vender algo pero si te das el tiempo son gente muy buena onda. Todos mis nervios de viajar sola a ese país desaparecieron y me di cuenta que si eres mujer viajera, más que peligroso, es molestoso andar sola, porque son super insistentes y un poco patudos (si les das la pasada).
Qiqihaer es una ciudad que queda en el noreste de China, cerca de la frontera con Rusia. No es una ciudad que mucha gente incluya en su recorrido, en si no hay muchas cosas turísticas que hacer y creo que sólo la visitan algunos rusos.
Qiqihar
Esta ciudad es una de las más antiguas del noreste y fue formada por tribus nómades. Acá viven algunas minorías de China. La razón por la que la incluí en mi viaje por China es porque del 1 al 7 de octubre es la “Golden Week”, que es la celebración de las fiestas patrias en China y Sandy, una amiga quw conocí cuando trabajaba en Jumbo, me invitó a pasar las vacaciones en su pueblo natal.
Sandy (o Sha Di, su nombre chino)
La llegada fue un poco divertida, desde Xi’an no habían vuelos directos a Qiqihaer, así que tenía que tomar uno a Harbin y de ahí tomar un bus. La cosa es que para comunicarme con la gente que vendía los tickets tuve que usar el celular, menos mal que tenemos toda esta tecnología, porque a pesar que igual sobrevivirías sin ella, te facilita harto la cosa.
Toda esta visita fue muy entretenida, como les dije antes en sí no hay muchas cosas turísticas que hacer acá y estos 4 días que pasé con ella estuvieron más que nada centrados en la comida: comida en su casa, una amiga me invitó a comer, su hermana y su tío! Y la idea era probar distintos tipos de comida, tradicionales de allá y no tan tradicionales. Algo que tienen harto es un comida coreana, pero al estilo chino: harta carne asada, parecido a lo que es un bulgogi coreano, donde se va asando la comida en una especie de parrilla incluida en la mesa; otra cosa que comí y era muy rico era el hot pot: una olla en la que vas agregando distintos ingredientes, al igual que la parrilla, esta olla es calentada en la misma mesa. Acá les dejo un mix de las distintas comidas tuve.
Además de comer hice otras cosas también, el primer día ella y una amiga me llevaron al gran atractivo turístico que tienen acá: una reserva natural de gruyas de Manchuria. Va mucha gente a verlas, dos veces en la mañana las sueltan y por medio de comida las hacen moverse cerca de los turistas, es un show verlas. La amiga de Sandy es muy buena onda, el problema es que no habla nada de inglés entonces era divertido como tratábamos de comunicarnos! Obvio que al final el celular nos ayudó harto.
Después de ver las gruyas nos fuimos a unas aguas termales, se me olvidó decirles que cómo Qiqihar está en el norte de China la temperatura es bien baja, algo parecido al invierno en Santiago, así que ir a esas aguas termales fue demasiado rico. Para finalizar el día llegamos de regreso a la casa donde tuvimos la cena del día nacional (a las 4:30 de la tarde!!), la mamá había cocinado un montón de cosas! Ya habíamos terminado de comer, y estábamos viendo tele (sabían que hay un programa especial donde la gente va para romper record guines??) y escucho ruidos de fuegos artificiales: estaban tirándolo en la plaza de al lado de la casa así que partimos a verlos, fue genial (me encantan los fuegos artificiales).
Cena de China Day, ahi tambien está Liu Yue, amiga de Sandy
Los otros días que estuve allá paseamos un poco por la ciudad, parques, pasear por la orilla del río, y comer, comer y comer. Un comentario que tengo que hacer, es que los atardeceres allá son increíbles: el sol se ve perfectamente redondo y rojo! Lamentablemente no logré sacar ninguna foto buena, pero me impresionó mucho. Y bueno debo decir que me sentí demasiado acogida por todos allá, a pesar que solo mi amiga hablaba inglés, fue una experiencia muy buena!
Y partimos nuestro paseo en moto a Hoy An, creo que fue muy buena opción contratarlo, porque a pesar que hay paradas establecidas, uno controla el tiempo en cada parada y si hay un lugar que te gusto puedes parar y sacar fotos. La primera parada más importante fue en “Elephant Spring”, que son unas mini cascadas con pozones para bañarse. Habia muchos locales y pocos turistas, después del calor que hacía fue demasiado rico bañarse en agua fresca (porque no era helada). Nos quedamos un rato ahí y seguimos nuestro camino. La segunda parada fue un lugar con una vista bkn y de ahí seguimos sin parar hasta el almuerzo. Iba todo perfect, habíamos sacado unas fotos de un aplaya y el cielo se veía negro: lluvia, así que a equiparse. El chofer de Anna era bastante mas pro que el mío, y le pasó un traje para la lluvia, en cambio a mi me toco una capa de agua. Se largó a llover con todo, ni idea como podían ver porque llegaban a doler las gotas de lluvia. En teoría teníamos una parada más, pero por la lluvia se suspendió. Cuándo llegamos a Hoi An, yo estaba empapada, fue muy entretenido ir en moto bajo la lluvia y todo, pero cuando paramos me puse a tiritar, así que a cambiarse de ropa y salir a recorrer.
Ibamos a dar una vuelta tranqui cerca del hostal, pero fuimos interceptadas por una de las costureras. Les cuento que Hoi An, antes un puerto super importante, ahora más que nada enfocado en el turismo, tiene una característica muy especial: está lleno de tiendas que hacen ropa a la medida. Es muy común que los hombres se hagan ternos y las mujeres vestidos, yo caí con un blazer y la Anna también, y un vestido! Así que entramos solo a “cachar” y terminamos tomándonos medidas y mandando a hacer cosas sin darnos cuentas jajajaja.
Ese día salimos a comer y entramos a un lugar que se veía bueno y me encantó la historia. Fuimos al Mermaid, que es el 2°restaurant de una vietnamita. El primero partió en 1992, y no fue hasta fines de ese año que llegó un turista a comer, cuando Hoi An aún no era conocido. La cosa es que con ese primer turista escribió el menú en inglés, y así poco a poco más gente fue llendo y dándole recetas occidentales, naciendo el menú occidental. Desde 1992 a 2014 ha abierto 4 restaurants y tiene clases de cocina. Me dieron muchas ganas de haber podido conocer el pueblo en esos años, imaginármelo sin tanta tienda para turista.
Al día siguiente, como estaba lindo y nos habían dicho que había llovido los días anteriores, arrendamos bicicletas y partimos a la playa, fue rico relajarse: tomar sol, nadar, dormir siesta y leer. Al regreso justo nos tocó el atardecer y fue increíble, los colores, los pescadores, un grupo que al parecer estaba entrenando remo o algo así. Fue un día perfecto que lo terminamos con un masaje, ya había pasado mucho tiempo y estaba con síndrome de abstinencia jajajaja.
El lunes (4 de agosto, para que se orienten un poco), partimos a la parte antigua del pueblo, que a ciertas horas del día sólo se puede acceder a pie o en bicicleta. Esta parte del pueblo, era donde se llevaban a cabo todas las actividades antes, cuando era un centro portuario importante, y se intercambiaban mercancías. Hay algunos templos, casas y museos que se pueden visitar, así que fuimos a los más importantes. En medio día se recorre perfecto así que en la tarde partimos a la playa de nuevo y regresamos en la noche, porque otra de las actividades conocidas de Hoi An son las lámparas, hay muchas tiendas que las venden y todos los restaurants, tiendas y templos tienen de estás lámparas, por lo que venir de noche es demasiado lindo. Los colores y formas de estas lámparas le dan un toque especial.
Al día siguiente Anna partió a Dalat y yo decidí quedarme un día más, porque me dio lata andar corriendo y tengo pasaje para Myanmar en domingo. Así que en la mañana hicimos un poco de shopping y cuando Anna se fue, me fui a relajar aún mas a la piscina jajajajaja. En la noche volví a la parte antigua para comer y me encontré con este juego, Bai Choi, que es como un bingo. Se reparten estas especie de paletas con 3 dibujos, ni idea lo que significa cada uno, pero la forma de “cantarlos” es literalmente cantarlos. Cada una de las palabras (o simbolos) tiene una canción, así que un hombre y una mujer van sacando las fichas y las van cantando. Si tienes uno levantas la mano y te pasan una banderita amarilla, cuando juntas 3 es que ganaste y te pasan un roja, para identificarte y viene el premio!! Jugué 3 veces y no gané nada! Habría jugado más pero encontré que era un poco mucho jajajajaj. Lo mejor fue mi compañera de juego que me iba ayudando, eso si mehablaba todo el rato en vietnamita, ni idea todo lo que me habló, pero fue divetido.
Jugando bingo!
Y bueno, esa fue mi estadía en Hoi An, ahora voy en un bus que time ayer rubo a Saigón, me dijeron que llegaba a Ho chi Minh City alrededor de las 12, pero les cuento que son las 2 de la tarde y aún me quedan como 6 horas de viaje. Así que me estoy poniendo al día con los post, para no agobiarlos tanto este creo que lo voy a subir como en una semana más, cuando ya esté en Myanmar.
Este post es cortito!! Llegamos de madrugada al Hanoi, muertísimas, pero nuestros camarotes con Ann no estaban listos y Terri y Franca partian en el tren de noche a Hué. Así que decidimos hacer algo tranqui: ir a un mall, pero no cualquiera, uno que tiene un parque de agua adentro. Fue entretenidísimo, como cabras chicas tirándonos por los toboganes en flotador, creo que éramos las únicas turistas, el resto puros vietnamitas.
Habían hartos tipos de toboganes, unos más producidos que otros, y nos dio para estar dos horas ahí, después nos fuimos a almorzar y recorrer un poco el mall, que es muuy grande y es subterráneo. Para finalizar la visita “cultural”, fuimos al cine 6D, es un juego de simulación, en el que se supone que vas en una montaña rusa que pasa por distintos lugares, vas con anteojos 3D y los asientos se mueven acorde a lo que recorre la montaña rusa, además hay efectos especiales que te hacen sentir real lo que ves en 3D. Muy tipo juego Disney, fueron 7 minutos entretenidos.
Cada vez que estoy en una ciudad me gusta ir a algún mall y ver como son (y a un supermercado!), en general son iguales pero se ven las diferencias en cada país, tipo de tienda, restaurants que hay, por ejemplo acá no hay mucho “patio de comidas”. Si están los típicos de comida rápida gringos, pero los restaurants son muchos más (muy parecido a lo que he visto en todo Asia). También hacen muchas actividades en el centro del mall, quizás porque la mayoría de las veces he ido fin de semana, pero acá en Vietnam había demostraciones de productos, ofertas inmobiliarias, etc. Creo que así puedes ver otra parte de la cultura, la más fuerte está en la historia y en la calle, pero los malls son una buena instancia para ver que les gusta hacer en el tiempo libre.
Después de eso, y dado que habíamos hecho un trekking era hora de un regalito para nosotras: pedicure, a arreglarse un poco. Es cuático cómo detalles tan chicos después de tanto tiempo andando desarreglada, te hacen sentir bien, puede que haya sonado superficial pero no importa. De ahí partí a misa (era domingo), la cosa es que me perdí la misa en Inglés, así que no me quedó otra que escucharla en Vietnamita. Lo que me llamó la atención de acá es que todos participaban cantando, y tal como en Chile, se va de manera desordenada a comulgar, no por orden de bancas. Fue toda una experiencia, pero buena.
Y bueno eso fue todo por hoy!! Vieron que era cortito?? Ya se viene el de Halong Bay, googleenlo por mientras, es una de las nuevas 7 maravillas naturales del mundo.
Cuando íbamos a partir al trekking vimos que también iban dos de las holandesas que conocí el primer día: Terri y Franca, así que genial, nos fuimos las 4 en una cabina del tren. Viajamos toda la noche y llegamos de madrugada a la estación de Lao Cai, que queda casi en la frontera con China y de ahí en busesito para Sapa, desayuno, ducha y paaartimooos.
Mi primera noche en un tren!
El trekking en si no es tan complicado, son como 10km el primer día y 6km el segundo, y todo el rato te va acompañando un grupo de locales, mujeres y niñas, que van conversando contigo, y como que las distintas etnias de locales se turnan a los turistas por trayecto, y a la hora del cambio las que te acompañaron te piden que les compres algo. Es entretenido ir conversando con ellas. En esta parte de Vietnam viven distintas etnias, o minorities como le dicen ellos. En el camino ves a varios grupos haciendo lo mismo, y acompañados de los locales. Esa noche dormimos en un homestay, yo juraba que íbamos a compartir mas con la familia, pero no, fueron muy pocos los momentos que pudimos compartir. Al día siguiente desde temprano habían unas niñas esperando que partiéramos la caminata. Los paisajes acá son preciosos, un verde que no se logra captar en las fotos, cerros, terrazas de arroz, animales, la gente trabajando, el conjunto en sí es increíble.
El segundo día de trekking nos tocó más aventurero, se puso a llover en la mitad, la lluvia apenas duro media hora, quizás un poco más, el problema es que dejó el camino lleno de barro y resbaloso, y no era plano, hartas subidas y bajadas, que en si son simples. Obvio que más de uno se cayó, entre los que me incluyó, patiné por el barro. Fue muy entretenido. Al final llegamos a una cascada muy linda, donde todos aprovechamos de “lavar” un poco las zapatillas. Y seguimos caminando un poco más hasta el fin del recorrido, donde almorzamos y nos bañamos en el río. Fueron días intensos, pero que aún no terminaban!! Ahí nos pasó a buscar una van que nos llevó de vuelta al pueblo de Sapa, donde teníamos que hacer hora hasta la tarde para irnos al tren. Así que salimos a recorrer, y estábamos felices en el mercado cuando se larga a llover con todo, así que que mejor para esperar que comer!
Bueno paró la lluvia justo a tiempo, y tren nocturno de vuelta a Hanoi. El trekking a Sapa yo pensé que iba a ser más outdoors, y estaba un poco nerviosa, porque mi estado físico no es el mejor jajaja, pero resultó muy entrete y me di cuenta que fue la primera vez que dormí en un tren (con cama, porque los que me conocen saben que yo duermo donde sea, incluso parada en el metrotren a San Fernando). Y además, en la noche que pasamos en la homestay vi luciérnagas! No fueron muchas pero nunca había visto una, estaba como cabra chica, y Franca y Terri estaban igual que yo. Como experiencia lo recomiendo harto, se ve otra parte de Vietnam completamente distinta, de nuevo, me encantaría tener todo el tiempo del mundo y haberme quedado un par de día en Sapa y recorrer los alrededores, al parecer habían otros trekking para hacer.