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Hpa-An

Mi idea original era irme un par de días a Pyay, pero Aung me advirtió que estaba inundado que mejor viniera para acá. Fue muy buena opción, este es un pequeño pueblo más al oeste, que es conocido por sus templos dentro de cuevas.

En el viaje para acá mi intención era ver el camino, pero obvio que me quedé dormida la mayor parte. Llegamos casi de noche, así que a comer y ver qué hacer el día siguiente, hay dos opciones para recorrer este lugar, la primera es contratar un “tour” o bien arrendar unas motos y recorrer por tu cuenta. Nosotros optamos por la moto, así teníamos mayor libertad, fue un riesgo porque estamos en época lluviosa, pero nos tocó un día increíble.

Lumbini Garden
Lumbini Garden

Partimos con un templo que construyeron arriba de una roca, y al parecer el lago alrededor es artificial, aunque no estoy segura. De ahí seguimos con Lumbini Gardens, que son literalmente cientos de Budas sentados en un campo. Muy lindo y distinto a los budas que había visto. Acá son más “sencillos” que los de Tailandia, quizás porque están al aire libre y no tan restaurados, por lo que se ven más gastados.

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Y seguimos nuestro recorrido, tratando de encontrar unas cuevas llegamos al Water Lake (muy original el nombre), que son tres como piscinas naturales donde la gente se puede bañar, acá todos se bañan se con ropa, son muy pocos los niños que se sacan la polera. Fue entrete ver el panorama de fin de semana de ellos. De ahí nos fuimos a la cueva de Kawtka thaung que es un templo dentro de una cueva. Por lo que me he podido dar cuenta es que construyen templos en la cima de todos los cerros (acá a todos los cerros le dicen montaña, igual es raro para mí, es como que digamos voy a subir la montaña San Cristóbal) y dentro de las cuevas.

Budas afuera de la cueva
Budas afuera de la cueva

Para terminar pasamos por otra cueva  pero no entramos, había que pagar, y no se me dio la impresión que no valía tanto la pena, después hablando con otros turistas parece que le achuntamos. Y la última cueva que fuimos fue la mejor, primero llegamos y vimos que el camino estaba inundado, así que a sacarse los zapatos y arremangarse los pantalones. Se me había olvidado decirles que acá hay que sacarse los zapatos para entrar a cualquier lugar sagrado. Volviendo a la cueva, estábamos en eso cuando se larga a llover con todo! Así que corriendo por el agua. La cueva al comienzo no se veía más especial que el resto, igual impresionante todos los budas y estatuas que hay, como construyen y tratan de integrar todo con las rocas. Estábamos a punto de irnos, cuando el monje que cuidaba el lugar se despierta de la siesta y pesca una linterna y me dice que lo siga, yo segura que me iba a mostrar la parte de atrás que ya había visto partí con él. Al final terminamos cruzando la montaña hasta lo que yo creo que era el otro lado, la vista era increíble, la paz era cuática, y fue un momento especial, estar sentada ahí, con esa vista, la caminata a pata pelada por la cueva, mini escalando, y guiada por este monje que caminaba como si nada, fumando un cigarro con un a mano y sosteniendo la linterna que alumbraba mis pies con la otra. Fue un momento especial, el no hablaba nada de inglés y yo fuera de hola y gracias no sé nada de birmano. Me quedé sentada en esa roca un buen rato, el sonriendo y mostrándome lugares y diciendo palabras que yo repetía.

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En verdad soy afortunadísima de estar acá haciendo este viaje, no quiero volver en 10 años y ver que esta cueva especial, donde no todos saben que se puede seguir al otro lado, va a estar convertida en un centro para turistas como las otras cuevas que he visto en Filipinas y Vietnam, que se ve la intervención del hombre arreglándolas para los turistas. Y qué bueno están llenas de gente.

Y bueno nuestro día terminó donde comenzamos, queríamos ver el atardecer desde ahí, así que arrendamos un botecito a remos, y mientras yo lo afirmaba y trataba de mantener el equilibrio, Max (el holandés con el que andaba), hacía piruetas para poder sacar una buena foto. Fue diferente. Llegamos al hostal y nos quedamos conversando con unos alemanes que al día siguiente se iban a ir a Mawlamyine en bote, así que decidimos acompañarlos.

Atardecer
Atardecer