Y partí a las islas Filipinas, primer destino: Manila, inicialmente no pensaba pasar por Manila, pero por combinación de vuelos si o si tenía que pasar una noche, así que decidí quedarme dos y conocer la ciudad.
La aventura comienza en el aeropuerto, cuando yo la ilusa pensaba llegar a Filipinas sin un pasaje de salida, no lo había comprado aún porque no me decidía a cuántos días quería quedarme, cuento corto, tuve que correr a comprar un pasaje y mostrarlo en el counter para que me dieran el boarding pass! Obvio que con el apuro no compré el mejor pasaje: ni en precio ni en hora!! Y creo que quizás son muchos días los que me voy a quedar acá, pero bueno, ya está hecho!
Al llegar a Manila, encontré algunas cosas parecidas a Santiago: el smog y no había tren para ir a la ciudad, sólo taxistas que te quieren cobrar mucho, al final conseguí uno que me llevara y estoy segura que se dio una vuelta larga, pero igual salió barato el taxi!
Acá me quedé con CS, muy buena opción y la experiencia demasiado buena. Rocío, quien me recibió, me invitó a comer comida filipina, y me recomendó que hacer al día siguiente en la ciudad.
Filipinas es un país que fue colonia española, por lo que es común ver nombres en español, aunque acá el idioma oficial son el Tagalog y el inglés. Al final mi visita se concentró en la parte antigua de la ciudad: Intramuros, que es lo que queda del fuerte de la ciudad. Más que nada son edificios e iglesias de arquitectura española.

A la primera que fui fue la Catedral, ahí es donde primero me acosaron unos triciclos para que me hicieran un tour, pero como me está gustando harto caminar y quería tomarme mi tiempo, decidí rechazarlos, aunque a ratos me arrepentía (y eso que no faltaron durante todo el recorrido). Entrar a esta catedral, es como entrar a la Catedral de Santiago, pero un poco más chica. De aquí me fui a la otra iglesia que hay, que es muy conocida: La iglesia de San Agustín. Cuando llegue estaba cerrada, así que partí la visita por el museo… pero lo cerraban también, pero ahí abrieron la Iglesia así que fui a verla, y justo empezó una misa y decidí quedarme: era en inglés. Al estar en esta misa, me sentía como en Chile, primero se iba a comulgar desordenados, no por filas y se están empezando a celebrar 450 años del Santo Niño (y le dicen Santo Niño), que es una veneración a una imagen de Jesús como niño, así que al final de la misa había fila para ir a ver la imagen, a la salida hubo un procesión, hubo alabanzas, estaban las típicas señoras eternas, así que me sentí como si estuviera en Placilla, solo que en una iglesia más producida.
Después de todo eso, seguí por mi tour del museo y era ver la historia de los españoles acá.

Para terminar mi día me fui caminando al otro extremo, a ver el Fuerte de Santiago, donde aprendí un poco más de la historia de Filipinas y de uno de sus héroes: José Rizal, quien fue ejecutado, lo que dio paso a la revolución e independencia de los españoles, lamentablemente llegó Estados Unidos, y no fue hasta el fin de la segunda guerra mundial que no pudieron ser realmente independientes.
El fuerte es como los típicos fuertes españoles, que no tenemos tantos en Chile, pero que se pueden ver en distintas ciudades de América: torres, cañones, hasta calabozos!! Pero estaban cerrados al público.

Mi idea era después de Intramuros irme a un parque que quedaba al lado, pero el calor me estaba matando realmente, así que partí a una zona donde hay una calle peatonal llena de tiendas (con aire acondicionado), y al final de esa calle vi una especie de mall: el mall de la perdición jajajaja. Me puse a recorrer este centro comercial, que estaba literalmente llenísimo!! Así que agarré bien mi cartera. En eso me metí a una tienda de cosas japonesas, y me distraje viendo todas las cosas que pueden existir, obvio que encontré un par de cosas super prácticas (tapones para no escuchar, abanico, y una bolsa pláctica). Cuando fui a pagar me di cuenta que mi celular ya no estaba!! Me dio tanta rabia, porque unos minutos antes estaba preocupada de mi cartera, y en esa tiendita me distraje y no me preocupé de mirarla.
Lo rescatable de esta situación es que me puede servir no están TAN conectada para disfrutar más del viaje, y lo otro es como me ayudaron: en la tienda no había mucho que hacer, revisamos los pasillos por si se había caído, una vendedora me ofreció su celular para llamar (cosa que no hice, porque si contestaban, la cuenta le habría salido enorme) y me pidieron los datos por si aparecía. Después me fui a informaciones del mall para averiguar donde habían computadores, camino a informaciones colapsé y me largué a llorar de rabia, como tan pastela!!!! Cuando llegué la niña se preocupó y le expliqué lo que había pasado, así que llamó a seguridad, que no sólo me llevo al cyber, sino que pagó por el internet, y así pude bloquear el teléfono y aproveché de “llamarme”, pero obvio que nadie contestó. Además me acompañó nuevamente a la tienda para ver si había aparecido. En verdad se portaron bkn, yo les decía que no importaba, que seguro lo habían robado, pero no, insistió en buscarlo nuevamente y anotar toda mi información por si aparecía.
Lo triste: ese día, por pastela también, se me olvidó llevar la batería extra de la gopro, así que prácticamente todas las «selfies» las saqué con el celular y habían unas tan entretenidas!! 😦
Pero bueno ya no había nada que hacer así que fui a comer algo porque al día siguiente partía a mi nuevo destino: Puerto Princesa.