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Granada … again

Si! Viajé a Europa! Es un viaje más bien express y social, antes de ir a Granada pasé por Paris, donde me quedé con la Fran y su tía, mi amiga con la que viajé a Marruecos y España el año pasado. Esos dos días que estuve ahí aproveché de ponerme al día con el blog mientras ella estudiaba, fui a dar una vuelta al barrio de Montmartre con un amigo, y bueno copuché mucho con la Fran.

Después de París me fui a Granada, donde me junté con Jamie, un amigo inglés que ya lleva casi un año viviendo en esa ciudad. El día que llegué tuve que esperarlo, pues estaba haciendo clases, así que aproveché de ir a misa, y recorrer alrededor de la catedral. Mientras lo esperaba, un grupo de músicos (El cuarteto del amor), me cantó, así que genial. Cuando ya nos encontramos con Jamie, nos fuimos de tapas por ahí cerca del centro.

El cuarteto del amor y la catedral de Granada
El cuarteto del amor y la catedral de Granada

Al día siguiente, después de comerme una tostada con tomate para el desayuno, mientras Jamie trabajaba, partí a perderme por el barrio de Jamie: el Albaicín. Es un barrio que está en un cerro, lleno de callejones para descubrir: casas, miradores y plazas. Este barrio es perfecto para perderse y descubrir los distintos rincones que tiene. Así llegué al mirador de San Nicolás, uno de los más conocidos, donde se ve Granada y la Alhambra. Al final terminé en una plaza cerca de la casa de Jamie, que tiene una vista increíble de la Alhambra y que con los colores otoñales se veía demasiado linda, además tuve un momento perfecto: imagínense la vista, los colores y el viento necesario para que las hojas caigan de los árboles mientras yo estaba ahí.

Paseando por el "barrio": callejones y San Nicolás
Paseando por el «barrio»: callejones y San Nicolás

Para el almuerzo Jamie preparó un curry y compartimos con su vecina, Julia, una australiana muy simpática. Después de descansar un poco, él volvió a sus clases y yo aproveché de perderme en el centro (donde había una feria navideña) y visitar la catedral. Debo decir que me gustó bastante Granada, me encanta la gente de acá, es muy amistosa y alegre!

Paseando por el centro
Paseando por el centro

Al día siguiente nuestro plan de ir a una feria de libros y recorrer cerca del centro se acabó en el segundo que cerramos la puerta: a Jamie se le quedaron las llaves adentro. Cómo nos rehusamos a pagar a un cerrajero sin antes intentar abrir la puerta o al menos alguna de las ventanas, empezó el show! Jajajaja las vecinas de Jamie se reían de nosotros: tratamos la clásica tarjeta con la puerta y con la ventana, también los cordones de los zapatos para tratar de levantar la palanquita de la ventana, fuerza bruta, y finalmente lo que resultó, después de dos horas intentando y yo ya muerta de hambre, fue un alambre y un gancho que nos pasó Julia. Fue genial!! Después de eso, partimos a almorzar afuera y me comí un solomillo de ternera exquisito con una copita de Sangría.

Aprovechando que en verdad los días han estado increíbles y que mientras hay sol no parece invierno fuimos a  Sacromonte, donde vimos las cuevas, conversamos con algunos de los que viven ahí: gitanos, artistas flamencos, bohemios, extranjeros;  terminamos en la cima del cerro, donde la vista de la ciudad es impresionante. En la noche fuimos a una fiesta de unos amigos de Jamie, y bueno, más que nada había puros extranjeros.

Sacromonte y yo feliz con mi sangría
Sacromonte y yo feliz con mi sangría

Y bueno para terminar mi estadía en Granada, les voy a contar la aventura que fue llegar al aeropuerto de Málaga: lo que yo quería hacer era tomar un bus directo al aeropuerto, o en su defecto un bus a la estación de Málaga y de ahí uno al aeropuerto, pero cuando llegué a comprar el pasaje no quedaba nada disponible hasta como las 4 de la tarde, mi vuelo era a las 5, así que cero posibilidades de llegar. En eso me acuerdo de blablacar y reviso si alguien viaja a Málaga en la próxima hora y si!!! Y después de hablar con la persona que iba a viajar, quedamos en que me iba a llevar al aeropuerto! Así que después de usar todo el roaming pude llegar a la hora.

No nos sacamos ninguna foto juntos, asi que acá estamos por separados, con La Alhambra detras
No nos sacamos ninguna foto juntos, asi que acá estamos por separados, con La Alhambra detras

Roma

Mi penúltimo destino del viaje, llegué a Roma el 29 de Noviembre, y había hecho planes para juntarme con Chiara; obvio que el tren se atrasó y alcancé a llegar justo a la comida. Fuimos a un wine bar y después a una fiesta un poco alternativa, pero estuvo entretenida.

El domingo desperté tarde y me junté con los chicos que conocí en Venecia, almorzamos y el plan era visitar el Foro romano antes de irnos al estadio, pero nos atrasamos y sólo uno alcanzó a entrar, al resto nos cerraron la puerta en la cara, súper puntuales, así que los que quedamos fuera tuvimos que hacer hora así que recorrimos los alrededores. Cuando por fin nos reunimos de nuevo partimos al estadio, sólo 4 de nosotros teníamos entradas y se nos unieron como 5 personas más del hostal de los chicos que querían entrar. Al final después de mucho 3 compraron entradas revendidas afuera del estadio y casi no los dejan entrar, pero como que los guardias los miraron con cara de “te estafaron” y lograron pasar!! Estuvo muy bueno el partido, la Roma ganó 4-2 al Inter de Milán. Eso si me perdí el último gol, todo el partido estuvo lloviendo (menos mal había techo) y era casi la hora de que el transporte público dejara de funcionar, así que como yo estaba cero ganas de caminar bajo la lluvia, me escapé 5 minutos antes.

Futbol!
Futbol!

Al día siguiente no hice nada, en verdad me sentía mal, así que me quedé en el hostal, me daba pena la gente de mi dorm, porque en verdad tosía toda la noche!! Igual fue entrete ese día de hostal, conocí al dueño, un italiano muy buena onda y divertido y compartí con gente de varios países.  El martes me levanté temprano para ver si lograba ver la parte subterránea del Coliseo, pero había que programarlo con anticipación y por teléfono, así que partí a caminar por la ciudad, aprovechando que el día estaba increíble y no hacía nada de frío! Un contraste brígido con las otras ciudades italianas en las que estuve. Me gusta Roma que en verdad cada vez que caminas encuentras algo distinto. Compré un par de encargos y me fui a ver el atardecer a la Piazza Spagna, me quedé un buen rato viendo como cambiaba la ciudad, hasta que llegó el momento de juntarme con Soo In, una chica coreana que conocí en el hostal. Queríamos unirnos a un walking tour, y habíamos quedado de contactarnos por chat, la cosa es que no lograba encontrar una conexión a internet, pero sin querer entramos al mismo lugar a buscar wifi! Así que después del exitoso reencuentro partimos al tour. La guía era un chiste, genial para contar las historias. Después partimos a comer y más tarde nos juntamos con Chiara a tomarnos algo.

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El miércoles hice un paseo por el día a Pompeya, que fue entretenido pero calcule pésimo los tiempos! Para empezar me atrasé en salir de Roma y llevaba escrito posibles horarios de regreso en tren, así que partí a recorrer las ruinas. Pompeya fue una ciudad que se logró conservar después de la erupción del volcán Vesubio y así se puede saber cómo y hasta quién vivió en esa época. Algo genial que me pasó acá, es que no sé por qué un señor que venía saliendo de las ruinas, me dio una entrada, dijo que no la iba a usar; yo juraba que iba a llegar y me iban a decir que era falsa o que estaba usada, pero no! Estaba perfecta! Bueno recorrí las ruinas con un audio guía, y yo la perdida toda la primera parte la hice al revés, me di cuenta a la media hora que estaba caminando para el otro lado! No me coincidían mucho las descripciones con lo que veía jajajaja, pero bueno cosas que pasan. Después de recorrer las ruinas partí corriendo a la estación de trenes y cuando llegué el tren ya se había ido!! Así que para hacer hora fui a Iglesia de Pompeya y subí el campanil, tenía una vista increíble!! Me encantó haberme perdido el tren, lo que sí había quedado de juntarme con Chiara a cenar pues era mi última noche, pero me atrasé dos horas en llegar a Roma, cuando logré conectarme tenía mil mensajes de ella!

Pompeya
Pompeya

Al final fuimos a comer a una pizzería típica, había lista de espera para entrar! Me gustó bastante. Después nos juntamos con un amigo de ella a tomar unas cervezas y así terminó mi segunda visita a Roma en este viaje. Me ha gustado que los últimos destinos hayan sido más sociales que turísticos.

A Madrid
A Madrid

Paseo al desierto

Decidir si hacíamos el paseo al desierto y con quien fue trabajo de una tarde, pero finalmente nos decidimos por Lahcen, el es un Bereber que hasta los 8 o 12 años (no me acuerdo mucho), vivió en el desierto. Habla español y le encanta su país, por lo que fue genial! (http://www.moroccosahara4x4.com/es/).

Con Lahcen
Con Lahcen

Como hicimos todo con tan poca anticipación (una tarde antes), nos unimos a un grupo de estudiantes de intercambio, en su mayoría mexicanos y brasieños estudiando en España, junto a otros dos minigrupos. Partimos desde Marrakech hacia Ourzazate haciendo distintas paradas en el camino, la que más me gustó fue Ait Ben Haddou y su Kasbah (Castillos del desierto). Hoy en día no vive nadie en ese kasbah, declarado patrimonio de la humanidad por UNESCO. Si ven las fotos, les va a parecer conocido: acá han rodado películas y series como Gladiador, Sahara, La joya del Nilo, Game of Thrones, entre muchos más. Los paisajes que vimos eran preciosos.

Ait Ben Haddou
Ait Ben Haddou

Al día siguiente madrugamos y nos separamos del grupo grande y seguimos con tres mexicanas que tenían que regresar al día siguiente a España: Ixchel, Laila y Betsy. Fue entretenido, pero un poco intensa, pasamos por miles de lugares: Valle del Dades, Gargantas del Todra, Rosedal de algo y terminamos en Merzouga, donde pasaríamos la noche en el desierto. Después de ese intenso día venía lo mejor: el desierto!

Mas colores de Marruecos
Mas colores de Marruecos

Llegamos al hostal de Lahcen y partimos a nuestros dromedarios (los camellos son los que tienen dos jorobas en la espalda). Me habían advertido que era terrible andar sobre uno de estos animales, pero no lo encontré para nada de atroz, mientras íbamos camino a nuestro campamento comenzó el atardecer y fue muy lindo!! Una vez que llegamos, nos pusimos a hacer sandboard hasta que la cena estuvo lista. Fue muy entretenido y obvio que me caí de demasiado.

Atardecer en el desierto
Atardecer en el desierto

Tuvimos demasiada suerte, porque esa noche la luna estaba llena e iluminaba el desierto. Después de comida las chicas mexicanas se tenían que ir y nos quedamos con la Fran y Lahcen, hicimos una fogata donde Lahcen nos contó un poco más de su vida. Subimos unas dunas y la vista del desierto con la luna llena era cuática. No saqué ninguna foto por miedo a que la arena entrara a la cámara, así a usar la imaginación!

Paseando en dromedarios
Paseando en dromedarios

Al día siguiente nos levantamos temprano y partimos de regreso al hostal en los dromedarios, donde nos reencontramos con el otro grupo para el desayuno, recorrimos el pueblo, Lahcen nos invitó a tomar té a su casa y vimos un show de tambores típico. Y bueno llegó el minuto de tomar la decisión de que hacer: podíamos ir nuevamente al desierto con los otros chicos (pero esta vez caminando) o bien seguir nuestro rumbo a Fes o hacia la costa. Al final nos decidimos por seguir hacia Fes, principalmente porque en el resto de Marruecos había anunciado lluvia y encontramos que ese día estaba más frío que el anterior y que corría mucho mas viento, parece que a los chicos les tocó una mini tormenta de arena.

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Después de despedirnos de todos, el hermano de Lahcen, Bareck, nos llevó a un pueblo cercano para tomar el bus a Fes: Erfoud. En ese pueblo se hace anualmente una feria del dátil y había sido justo la semana anterior, según nos contó un local. Mientras esperábamos el bus conversamos con un señor que estaba a cargo de una tienda, y a pesar que le dijimos que no compraríamos nada nos invitó una taza de té y nos contó su historia, fue interesante y entretenido.

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Yangshuo

Bueno, y empezó mi aventura por China, con un problema en mi pasaje de Shenzhen a Guilin, hubo un problema y no se realizó la compra, como caché muy tarde decidí arriesgarme y llegar al aeropuerto y ver si aún habían pasajes. Menos mal había porque no tenía idea de nada de donde quedarme ni que hacer en Shenzhen. Pero retrocediendo un poco, a China llegué por metro. Es muy fácil desde Hong Kong y está todo señalizado. De ahí un metro directo al aeropuerto.

La llegada a Guilin fue super fácil, nerviosa al comienzo porque tenía que tomar una micro a la ciudad y de ahí ubicarme, pero al final terminé compartiendo taxi con una pareja francesa muy buena onda, que se quedaba en mi mismo hostal y que tienen por una semana el mismo recorrido que yo, así que súper. En el hostal conocí a Shang, un chino que anda viajando por este sector y que los próximos 3 o 4 días se convirtió en mi sombra.

Al día siguiente partimos los 4 en balsa de bamboo a Yangshuo, según  yo no era de real bamboo, pero igual servía para la experiencia.  El paseo por el río es una de las mayores atracciones de acá, el paisaje es increíble, mucho cerro y lo que más promocionaban era el conjunto de cerros que aparece en el billete de 20 yuanes. Me llamó mucho la atención que en todas partes promocionaban el lugar como el lugar del billete, y ahí me di cuenta que no tengo idea que paisaje hay en cada uno de nuestros billetes, quizás es una buena idea. Obvio que la ñoña busqué y descubrí que no tengo idea donde quedan los paisajes de nuestros billetes, excepto Torres del Paine.

La imagen del billete del 20 RMB.
La imagen del billete del 20 RMB.

Ese día no hicimos mucho, solo recorrer los alrededores y al día siguiente arrendamos bicis y partimos a ver un cerro conocido: la Moon Hill. Camino a ese cerro habían muchas “atracciones”, en su mayoría cuevas tematizadas: acá las cuevas no son para apreciarlas en su estado natural, sino que aplican temas y muchas luces. Al final no entré a ninguna, no me llamaba mucho la atención, pero el paisaje y el camino hacia la Moon Hill era muy lindo, y después de subir muuuchos escalones puedo decir que la vista era muy buena, vale la pena!! El resto del día lo pasé en el pueblo.
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Al día siguiente Melissa y Vincent partieron a ver unas terrazas de arroz, así que Shang y yo partimos en bici a ver un puente, el puente en sí no tenía mucha gracia, más que ser el lugar donde se pueden tomar balsas de bamboo para hacer un recorrido. Además acá hacen guerra de agua entre las balsas, se veía que estaban disfrutando mucho, me gusta ver como aprovechan todo. Lo que más me gustó fue el camino al puente, porque nos mini perdimos así que tuvimos que andar por unos campos. Me gusta esto de perderme y recorrer todo a mi tiempo. En la tarde para pasar el calor fuimos al río a bañarnos, Shang estaba preocupado porque el agua estaba muy helada, pero debo decir que estaba bastante tibia y que esa parte del río parecía más lago.

Paseando en bicicleta por los alrededores de Yangshuo.
Paseando en bicicleta por los alrededores de Yangshuo.

Y prácticamente esa fue mi experiencia en Yangshuo, un “pueblo” que en Chile sería una ciudad. Es impresionante las dimensiones acá, y todo está lleno de chinos. Sé que suena obvio, pero con lleno, me refiero a varios buses llenos de turistas, conociendo su país. Y en verdad vale la pena, porque todos los paisajes que vi son muy lindos, cerros verdes enteros en todas partes, mucha vegetación, la gente te saluda feliz, aunque no nos entendemos en nada, porque lamentablemente se me olvido más de la mitad del poco chino que aprendí el año pasado.

Mi próxima aventura es ir a Zhangjiajie, parque nacional en el que se basaron para crear Pandora (avatar).

Acá les dejo una fotito con la guerra de agua 🙂
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Hsipaw

Después de estar 15 horas en ese bus con un aire acondicionado del terror, llegamos 5-5:30 de la mañana a Hsipaw, así que partimos al lugar que nos había recomendado David (el gringo), pero el recepcionista seguía durmiendo y no supo decirnos si habían piezas disponibles o no, así que partimos a la segunda opción, que menos mal tenía piezas disponibles altiro, así que a dormir una siesta.

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Acá el clima nos tocó muy lindo, lo que te puede jugar en contra, después de resucitar, arrendamos unas bicis y partimos a buscar una cascada que nos habían comentado, el camino era imposible, así que terminamos abandonándolas. La caminata estuvo buena pero intensa, y finalmente llegamos a la cascada. Nos quedamos ahí un rato, y partimos de regreso al pueblo a buscar un lugar que nos habían recomendado para tomar unos shakes bien helados: Mr. Shake, totalmente recomendable.  De ahí Daya se fue a descansar y con Benja partimos a buscar una noodle factory y una mansión. La noodle factory eran 4 personas trabajando, no aprendimos mucho pero se veía interesante jajajaja, lo que si me gustó harto fue el Palacio Shan, que más que palacio es una casa de estilo Inglés, donde la dueña de casa te recibe y te cuenta la historia: la casa perteneció al último príncipe Shan (una de las minorías que vive acá) y que desapareció hace años, cuando comenzó el gobierno militar. Este príncipe estudió en Inglaterra y Estados Unidos, donde conoció a una austriaca, Inge, con la que se casó y quién escapó de Myanmar con su dos hijas cuando su esposo desapareció. Interesante saber un poco más de la gente de este país.

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Al día siguiente (jueves 28) partimos con Benja a otro trekking, casi no parto porque obvio que seguía resfriada, pero lo hice igual o si no iba  a terminar arrepentida. Éramos solo 4 en este trekking, nosotros y una pareja Suiza. Los paisajes acá también son verdes, pero no estaban tan sembrados los cerros. Hubo un momento en el camino en que pensaba por qué se me había ocurrido hacer este otro paseo en vez de quedarme en el pueblo relajada, en verdad me sentía mal y el súper remedio que me estaba tomando tenía como posible efecto secundario nauseas y vómitos, lo que sumado al calor y a la mini deshidratación que tenía (no habían baños en el camino, así que no tomaba tanta agua) hicieron que me sintiera pésimo. Pero fueron buena onda, y esperaron a que me recuperara para seguir. No era tanto rato caminando, solo que era casi todo en subida. Por fin llegamos a almorzar a la casa (en una villa Palau, otra de las minorías que vive acá) donde nos íbamos a quedar a dormir esa noche, y el timing fue perfecto: llegamos y se largo a llover con todo. La dueña de casa tenía demasiada comida cocinada y muy rica! Arroz (obvio) y distintos tipos de currys vegetarianos. Cómo seguía lloviendo partimos todos a dormir siesta y en la tarde recorrimos la villa, la gente muy amorosa.

Paseando por la villa palau
Paseando por la villa palau

En la noche seguimos comiendo más comida típica y nos acostamos temprano. Al día siguiente el desayuno fue gigante! Shan noodle soup, curry, arroz y fruta. El camino de regreso lo hicimos por otro lado, que fue genial, porque había más árboles y como era en bajada era más fácil. Llegamos a almorzar a Hsipaw, y con esto se empieza a acabar mi estadía en Myanmar.

Con la dueña de casa
Con la dueña de casa

Tenía vuelo desde Mandalay, así que tomamos el tren hasta Pyin Oo Lwin, sólo porque el paisaje era increíble según nos dijeron y porque pasamos por un puente muy alto: toda una experiencia, el tren se mueve demasiado! En verdad de lado a lado y de arriba abajo. Y bueno tal como nos dijeron, impresionante el camino y el puente. El trayecto de Pyin Oo Lwin a Mandalay lo hicimos en un “taxi”: pick up de una camioneta arregalda con banquitas a los lados. Con esto terminan mis aventuras en Myanmar o Burma, y se fue un destino completamente distinto: China.

Benja saludando, notese el puente.
Benja saludando, notese el puente.

Kalaw – Lago Inle

Partí tempranito a tomar el bus para Kalaw, el problema es que la garganta me había empezado a molestar. Los buses acá tienen la gracia que cada cierto rato paran en el camino, para que puedas pasar al baño y comer algo. Y este bus no fue la excepción.

Después d como 6 horas o quizás más, llegué a Kalaw, que es un pueblito de donde se incia un trekking a Inle Lake, de dos, tres o cuatro días. Yo aún no tenía idea cuando iba a partir, sólo tenía el nombre de la guesthouse donde se quedó Sarah, así que rechacé como 3 veces a un hombre que me ofrecía ir a otra Guesthouse (que quedaba en el camino a la que quería ir yo): primero cuando me bajé del bus, después en el camino y por tercera vez cuando ellos iban llegando a su guesthouse, y fue ahí cuando escucho una voz del más allá: “Margaritaaaa!!!”. Los chilenos (que conocí en Indonesia y volví a ver en Tailandia y que les grité desde la micro en Bangkok como huasa), estaban quedándose en el lugar que yo había rechazado, así que volví y estos hombres se reían de mí. Al final contraté el mismo trekking que ellos, y se terminó formando un grupo muy entretenido: ellos 4, dos alemanes con los que están viajando, una israelita, un gringo y otro chileno más que conocimos al día siguiente. En teoría teníamos que ser dos grupos, pero nos dejaron ir todos juntos, igual teníamos casi dos guías: Sena y el aprendiz Akash.

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Al día siguiente partimos todo el grupo, y yo empezando un resfrío. Los paisajes son muy lindos, muuucho verde y se puede ver que acá cultivan en todo lugar, todos los cerros plantados con algo, y siempre se ve a la gente trabajando el campo. El primer día hubo harta subida, pero dentro de todo se puede decir que es una caminata relajada: si yo resfriada lo logré, se puede hacer! Esa noche nos quedamos en una homestay y fue entrete, estos chilenos andan con instrumentos musicales, por lo que hicimos una minifogata y nos pusimos a cantar, lo mejor fueron los niños tratando de tocar los instrumentos. Acá como todo funciona con la luz del sol, tuvimos que bajar el volumen muy temprano, pero estuvo bien, porque la levantada al día siguiente era a las 6:30 (valooor!!!)

Dia 1 de trekking
Dia 1 de trekking

Partimos nuestro segundo día,  con casi los mismos paisajes, y seguía llamándome la atención que los campos más que nada son trabajados por las mujeres. Y eso que nuestro guía nos explicó que esto se debe a una leyenda, me cuesta entender en mi mente occidental que la gente realmente crea en estas leyendas. Igual es interesante. Este segundo día, en cuanto a camino no era más complicado que el del día anterior, pero mi resfrío era peor, creo que hasta fiebre tuve, que se curó con un buen te de jengibre. Esa noche la pasamos en un monasterio, dormíamos todos en el edificio principal. Fue muy choro ver y escuchar a los monjes rezar. Más que nada eran niñitos y un par de monjes adultos. Lo bueno/malo es que esa noche era la “No moon night”, y junto con la noche de luna llena son los días que la gente del pueblo viene a las 4 y a las 5 de la mañana a traer sus ofrendas. Y bueno, nosotros estábamos durmiendo en el edificio principal, así que imposible no verlo o escucharlo. Venían muchas señoras muy alegres con sus ofrendas de flores y arroz. Igual traté de seguir durmiendo, pero no fue lo mismo. Desde este día estuvimos compartiendo harto con otro grupo: 2 catalanes, una argentina y una española. A la argentina (Aguchi) y la española (Irene) las seguimos viendo, muy simpáticas!

Dia 2
Dia 2

Este era el tercer y último día  de trekking, debo decir que fuimos super afortunados con el clima, porque no nos tocó ni lluvia ni sol, lo que habría sido incómodo para caminar. Sólo nos tocó un poco de sol al final del este día. Después de almorzar llegó el minuto de despedirnos de nuestros guías y partir con el paseo el bote que nos llevaría a nuestro destino final. En este paseo pudimos ver cosas típicas de acá: cómo hacen unos cigarros que fuman acá, unos telares que hacen las señoras de cuello largo (parte de la leyenda que nos contó nuestro guía), como manejan el bote con los pies y unos jardines flotantes: plantaciones de tomate en el agua.

Dia 3 y final de trekking. Sobrevivii!!
Dia 3 y final de trekking. Sobrevivii!!

Al día siguiente los chilenos y los alemanes se fueron a Bagan y yo decidí quedarme un día mas descansando, en verdad estaba agotada y el resfrio no mejorada, así que me compre una especie de trioval local (de cómo 20 centavos) y empecé a sentirme mejor. Y finalmente parti a un viaje de 15 horas en bus el martes 26 en la tarde hacia Hsipaw, lugar que muchos viajeros me recomendaron. Partí con Daya (la israelita) y Benja (el otro chileno).

Quiero agradecer a todos los fotógrafos, porque en verdad me dediqué a disfrutar del paisaje y el último día en Inlay le pedí las fotos a todos: Diego, Julián V, Oli y Florian y a David.

Bagan

Bagan es increíble, quería compartir un artículo que leí en alguna Revista del Domingo, pero no lo encuentro! Así que si pueden búsquenlo: En globo sobre los mil templos de Bagan.

"Motorizada" en Bagan
«Motorizada» en Bagan

Bagan es un museo al aire libre, con sus miles de Pagodas. Comenzó a ser construido como el siglo IX y fue en algún momento la capital del reino de Pagan. La gracia de este lugar son las miles de pagodas y estupas que están por todas partes. En su mejor momento llegaron a ser más de 4.000, hoy sobreviven cerca de 2.200 templos y pagodas. Algunas en mejor estado que otras. El imperio de Pagan decayó en el año 1287, debido a distintas invasiones mongolas. Recientemente se ha tratado de restaurar muchas de estas pagodas, pero lamentablemente no se ha hecho de manera correcta, por lo que aún no es declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. De hecho, se han agregado un campo de golf, carretera y torre observatorio. En verdad como que no pega nada la torre con el resto de los templos.

Una de las tantas vistas
Una de las tantas vistas

Nuestro plan al llegar fue salir a perdernos en bicicletas eléctricas (las motos están prohibidas para los turistas y el calor no me da para andar pedaleando jajaja). Fue genial, en verdad por donde mires hay pagodas, después de mucho andar encontramos una a la que podíamos subir y la vista era increíble, el atardecer no fue tan cuático como muestran muchas fotos, pero no por eso fue menos impresionante. Ese día me acosté temprano porque quería madrugar para poder ver un amanecer.

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Salimos tempranito a buscar un punto donde ver el amanecer, pero la lluvia nos jugó en contra, estábamos llegando y se largó con todo!! Estuve un rato esperando que pasara refugiada en una pagoda, pero no pasó nada, así que partí de vuelta a la guesthouse, toda una odisea: obvio que me perdí y doble pal otro lado, casi pierdo mis chalas en un barrial, y quedé toda embarrada y empapada, pero lo logré. Dormí una “siesta” hasta que paró la lluvia y partimos de nuevo a los templos, pero a otro sector esta vez. Encontramos una pagoda increíble, donde me instalé a observar el atardecer, hoy si nos tocó increíble. Mientras yo disfrutaba, Max seguía obsesionado con su foto perfecta. Creo que al final lo logró otro día.

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En verdad fue una visita express de parte mía a Bagan, y la lluvia me quitó horas de poder descubrir más de los pueblos y villas que están cerca, pero es lo que pasa cuando tienes el tiempo justo para visitar un país, tenía que seguir con mi recorrido: de madrugada partir a Kalaw y así poder hacer un trekking que todo el mundo te recomienda. Sii, me creo outdoors ahora jajajaja

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Mawlamyine

No tenía idea que tipo de bote íbamos a tomar, éramos en total 7 personas del hostal, al final terminó siendo un botecito con sillas plásticas, muy folclórico pero lindo el paseo por el río, el paisaje, la gente que te saludaba en el camino, en fin, también descubrí que no tengo problemas para dormir en botes chicos con sillas plásticas, ni siquiera tenía sueño! Jajajajaja

Botecito!!!
Botecito!!!

Llegamos Mawlamyine, todos sin saber donde quedarnos menos un australiano que sabía de un lugar barato, así que partimos todos para allá, al final terminó siendo uno de los recomendados por Lonely Planet, donde el dueño es Mr. Anthony, un señor muy amoroso que se acuerda mucho de las distintas personas que se han quedado ahí, se sienta a conversar contigo y te ayuda con todo lo que necesitas. Me mostró una postal que le mandó una chilena desde Santiago.

No hay muchas cosas que hacer acá y al final optamos por arrendar una moto y recorrer los alrededores, la primera parada fue el buda recostado más largo del mundo. Según mi impresión no está terminado aún y están construyendo uno al frente. Dentro del buda, había una especie de museo que contaba distintas historias en escenas montadas por estatuas, igual bien raras las imágenes. Pero lo que si me llamó la atención fue unos toboganes que había afuera, como era domingo estaba lleno de niños jugando. Con el calor que hacía estuve a punto de tirarme al agua también, pero no habría sido muy práctico andar con la ropa toda mojada. Acá todos se bañan con ropa, son sólo unos muy pocos niños hombres que andan sólo con el short sin polera. Y las mujeres todas usan algo largo y con mangas, he visto muy pocas con shorts o algo corto. Sólo las niñitas y tampoco tanto.

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Nuestro próximo destino, eran dos pagodas, que quedaban en la cima de unos cerros, cerca de este Buda, esperábamos poder verlo de lejos, pero por la posición no fue posible. De todas maneras el camino de uno de los cerros era muy lindo, lleno de verde, metiéndose en la escalera (a todo esto acá para todo tipo de templo hay que sacarse los zapatos y andar a pata pelada) y la vista al final era increíble.

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Y ahora lo mejor del día para mi, íbamos de vuelta al pueblo, nos mini perdimos y terminamos en un sector donde vive mucha gente, igual bien pobre. Derrepente Max ve un tren abandonado y empezamos a buscar como llegar al tren (está un poco obsesionado con encontrar la foto perfecta, yo por mientras disfruto el camino a la foto perfecta de Max), al final la encontramos, el empezó a caminar más lejos y yo que estaba un poco cansada saqué un par de fotos y me quedé a la sombra. En eso una niñita me empieza a indicar que vaya a una de las casas donde había un hombre sonriente sacándome fotos, cuento corto, era su casa, me pescó de la manó y me llevó a la casa. Ellos sacaron a la mini terraza una silla para que estuviera cómoda, me dieron agua, despertaron a la abuela para que me conociera, la niñita que me llevó se cambió de ropa a un vestido y todos me hablaban y sonreían. Ni idea lo que me decían porque nadie hablaba nada de inglés y yo fuera de gracias y hola no sé nada más de birmano. Me saqué hartas fotos con ellos y hasta me ofrecieron comida, en verdad querían que yo estuviera cómoda: me empecé a abanicar un poco y partieron a buscar el ventilador. Ese cobijamiento que sentí con ellos fue genial. Al final llegó Max, nos sacamos un par de fotos más y nos fuimos porque teníamos que tomar el tren a Bagan.

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Eso es lo que más me gusta de la gente de acá, se que lo he repetido todo el rato, pero te sientes acogidos por ellos y siempre te sonríen y te saludan. Algo seguro es que vuelvo a este país en el corto plazo, para poder disfrutarlo antes que se haga más popular.

Próximo destino: Bagan.

Hpa-An

Mi idea original era irme un par de días a Pyay, pero Aung me advirtió que estaba inundado que mejor viniera para acá. Fue muy buena opción, este es un pequeño pueblo más al oeste, que es conocido por sus templos dentro de cuevas.

En el viaje para acá mi intención era ver el camino, pero obvio que me quedé dormida la mayor parte. Llegamos casi de noche, así que a comer y ver qué hacer el día siguiente, hay dos opciones para recorrer este lugar, la primera es contratar un “tour” o bien arrendar unas motos y recorrer por tu cuenta. Nosotros optamos por la moto, así teníamos mayor libertad, fue un riesgo porque estamos en época lluviosa, pero nos tocó un día increíble.

Lumbini Garden
Lumbini Garden

Partimos con un templo que construyeron arriba de una roca, y al parecer el lago alrededor es artificial, aunque no estoy segura. De ahí seguimos con Lumbini Gardens, que son literalmente cientos de Budas sentados en un campo. Muy lindo y distinto a los budas que había visto. Acá son más “sencillos” que los de Tailandia, quizás porque están al aire libre y no tan restaurados, por lo que se ven más gastados.

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Y seguimos nuestro recorrido, tratando de encontrar unas cuevas llegamos al Water Lake (muy original el nombre), que son tres como piscinas naturales donde la gente se puede bañar, acá todos se bañan se con ropa, son muy pocos los niños que se sacan la polera. Fue entrete ver el panorama de fin de semana de ellos. De ahí nos fuimos a la cueva de Kawtka thaung que es un templo dentro de una cueva. Por lo que me he podido dar cuenta es que construyen templos en la cima de todos los cerros (acá a todos los cerros le dicen montaña, igual es raro para mí, es como que digamos voy a subir la montaña San Cristóbal) y dentro de las cuevas.

Budas afuera de la cueva
Budas afuera de la cueva

Para terminar pasamos por otra cueva  pero no entramos, había que pagar, y no se me dio la impresión que no valía tanto la pena, después hablando con otros turistas parece que le achuntamos. Y la última cueva que fuimos fue la mejor, primero llegamos y vimos que el camino estaba inundado, así que a sacarse los zapatos y arremangarse los pantalones. Se me había olvidado decirles que acá hay que sacarse los zapatos para entrar a cualquier lugar sagrado. Volviendo a la cueva, estábamos en eso cuando se larga a llover con todo! Así que corriendo por el agua. La cueva al comienzo no se veía más especial que el resto, igual impresionante todos los budas y estatuas que hay, como construyen y tratan de integrar todo con las rocas. Estábamos a punto de irnos, cuando el monje que cuidaba el lugar se despierta de la siesta y pesca una linterna y me dice que lo siga, yo segura que me iba a mostrar la parte de atrás que ya había visto partí con él. Al final terminamos cruzando la montaña hasta lo que yo creo que era el otro lado, la vista era increíble, la paz era cuática, y fue un momento especial, estar sentada ahí, con esa vista, la caminata a pata pelada por la cueva, mini escalando, y guiada por este monje que caminaba como si nada, fumando un cigarro con un a mano y sosteniendo la linterna que alumbraba mis pies con la otra. Fue un momento especial, el no hablaba nada de inglés y yo fuera de hola y gracias no sé nada de birmano. Me quedé sentada en esa roca un buen rato, el sonriendo y mostrándome lugares y diciendo palabras que yo repetía.

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En verdad soy afortunadísima de estar acá haciendo este viaje, no quiero volver en 10 años y ver que esta cueva especial, donde no todos saben que se puede seguir al otro lado, va a estar convertida en un centro para turistas como las otras cuevas que he visto en Filipinas y Vietnam, que se ve la intervención del hombre arreglándolas para los turistas. Y qué bueno están llenas de gente.

Y bueno nuestro día terminó donde comenzamos, queríamos ver el atardecer desde ahí, así que arrendamos un botecito a remos, y mientras yo lo afirmaba y trataba de mantener el equilibrio, Max (el holandés con el que andaba), hacía piruetas para poder sacar una buena foto. Fue diferente. Llegamos al hostal y nos quedamos conversando con unos alemanes que al día siguiente se iban a ir a Mawlamyine en bote, así que decidimos acompañarlos.

Atardecer
Atardecer

Trekking en Sapa

Cuando íbamos a partir al trekking vimos que también iban dos de las holandesas que conocí el primer día: Terri y Franca, así que genial, nos fuimos las 4 en una cabina del tren. Viajamos toda la noche y llegamos de madrugada a la estación de Lao Cai, que queda casi en la frontera con China y de ahí en busesito para Sapa, desayuno, ducha y paaartimooos.

Mi primera noche en un tren!
Mi primera noche en un tren!

El trekking en si no es tan complicado, son como 10km el primer día y 6km el segundo, y todo el rato te va acompañando un grupo de locales, mujeres y niñas, que van conversando contigo, y como que las distintas etnias de locales se turnan a los turistas por trayecto, y a la hora del cambio las que te acompañaron te piden que les compres algo. Es entretenido ir conversando con ellas. En esta parte de Vietnam viven distintas etnias, o minorities como le dicen ellos. En el camino ves a varios grupos haciendo lo mismo, y acompañados de los locales. Esa noche dormimos en un homestay, yo juraba que íbamos a compartir mas con la familia, pero no, fueron muy pocos los momentos que pudimos compartir. Al día siguiente desde temprano habían unas niñas esperando que partiéramos la caminata. Los paisajes acá son preciosos, un verde que no se logra captar en las fotos, cerros,  terrazas de arroz, animales, la gente trabajando, el conjunto en sí es increíble.

dia 1

El segundo día de trekking nos tocó más aventurero, se puso a llover en la mitad, la lluvia apenas duro media hora, quizás un poco más, el problema es que dejó el camino lleno de barro y resbaloso, y no era plano, hartas subidas y bajadas, que en si son simples. Obvio que más de uno se cayó, entre los que me incluyó, patiné por el barro. Fue muy entretenido. Al final llegamos a una cascada muy linda, donde todos aprovechamos de “lavar” un poco las zapatillas. Y seguimos caminando un poco más hasta el fin del recorrido, donde almorzamos y nos bañamos en el río. Fueron días intensos, pero que aún no terminaban!! Ahí nos pasó a buscar una van que nos llevó de vuelta al pueblo de Sapa, donde teníamos que hacer hora hasta la tarde para irnos al tren. Así que salimos a recorrer, y estábamos felices en el mercado cuando se larga a llover con todo, así que que mejor para esperar que comer!

dia 2

Bueno paró la lluvia justo a tiempo,  y tren nocturno de vuelta a Hanoi. El trekking a Sapa yo pensé que iba a ser más outdoors, y estaba un poco nerviosa, porque mi estado físico no es el mejor jajaja, pero resultó muy entrete y me di cuenta que fue la primera vez que dormí en un tren (con cama, porque los que me conocen saben que yo duermo donde sea, incluso parada en el metrotren a San Fernando). Y además, en la noche que pasamos en la homestay vi luciérnagas! No fueron muchas pero nunca había visto una, estaba como cabra chica, y Franca y Terri estaban igual que yo. Como experiencia lo recomiendo harto, se ve otra parte de Vietnam completamente distinta, de nuevo, me encantaría tener todo el tiempo del mundo y haberme quedado un par de día en Sapa y recorrer los alrededores, al parecer habían otros trekking para hacer.

final
DE izq a derecha, yo, Franca, Terri y Anna