Dali es una ciudad, que al igual que Lijiang cuenta con una parte antigua. La diferencia es que acá no todo gira en torno al turismo, hay solo un par de calles turísticas similares a las de Lijiang.
Lamentablemente no teníamos mucho tiempo, llegamos el martes (23 de sept., para que se ubiquen jajaja) en la tarde, y ese día solo recorrimos la parte antigua, y pudimos ver un poco de la vida normal que llevan las personas ahí así como la parte turística de la ciudad. Lo rico es que en la parte antigua se puede caminar para todas partes, y fue entretenido ver a mujeres haciendo algo como gimnasia en una plaza, claro que se puso a llover y la clase se acabó. Igual me tinca que las que bailaban en su mayoría eran turistas. Acá también vi un poco menos de turistas occidentales.

Al día siguiente decidimos arrendar motos eléctricas (con diseños exclusivos jajaja) y salir a recorres las distintas villages que hay cerca del lago. Ah! Eso, Dali queda a las orillas del lago Er Hai, pequeñito: 250km2! Así que anduvimos hasta que calculamos que teníamos que volver antes que la batería de las motos se acabara. Llegamos justo, porque la batería de Mike empezó a agonizar a mitad de camino y llegó justo a la tienda.

Me gustó harto ese paseo que hicimos, vimos distintas villages, donde a pesar que estaban construyendo casas nuevas, todas siguen la misma arquitectura tradicional: Bai. En teoría yo quería ir a una villa específica pero no estábamos seguros de donde quedaba exactamente o si teníamos batería suficiente para seguir buscándola.

Otra cosa es que entre village y village se puede ver el lago y el campo, y esa combinación de colores es muy linda! Cómo que los distintos tonos de verde contrastaban con el amarillo de los campos, y toda la gente que estaba trabajando en los campos te saludaba sonriente. Igual demás parezco loca saludando a la gente, pero acá me gusta hacerlo, porque todos te contestas demasiado alegres.
En el camino de vuelta teníamos ganas de ir a ver la tres pagodas del templo Chongshengs, que son importantes acá y son súper antiguas, del siglo IX y X. Y han sobrevivido muchos terremotos, el último creo que fue en 1925 donde en Dali quedó casi todo en el piso y a estas pagodas no les pasó nada. Lo que no consideramos, es que estamos en China y que acá todo es gigante! Y este templo es tan grande, que adentro incluía un sightseeing bus! El problema es que ya era tarde y cero posibilidades de poder recorrer el templo entero, así que optamos por volver al pueblo antiguo.

El jueves y viernes fueron días de despedidas: Mike se quedó un noche más en Dali y con Akshay volvimos a Lijiang: yo tenía un vuelo y el pasaje de bus. Fue muy entretenido compartir con ellos: esto es una de las mejores cosas de viajar sola: conocer mucha gente, la mayoría completamente distinta a ti, ya sea de edad, cultura, tipo de viaje, lo que sea; pero que al final después de compartir días enteros con ellos, terminan siendo tus amigos.
