Llegamos a Fes de madrugada, todavía estaba oscuro, así que le hicimos caso a lo que nos dijeron todos: váyanse a la estación de trenes hasta que salga el sol. Estábamos agotadas después de viajar toda la noche, así que nuestro nivel de tolerancia estaba bastante bajo. Y como he escrito antes, Marruecos no es un país peligroso, sino que un poco agotador.
Después de recorrer un par de lugares en la Medina, encontramos un hotel, el dueño era un marroquí muy divertido, parecía volado permanentemente y a todo respondía “No pasa naaaada”.

Cómo estábamos agotadas, lo primero que hicimos fue buscar un lugar donde hacernos un masaje; al final optamos por un hotel tipo boutique súper pituco y patudamente preguntamos si podíamos ver el hotel y aceptaron así que tuvimos un tour privado. El hotel estaba en un Riad muy lujoso, y cada pieza tenía un tema y color asignado. Después de mostrarnos el hotel nos dieron té y dulces marroquíes, así que genial. Dejamos hora pedida para la noche y salimos a recorrer la Medina.

Cómo no son muchas las medinas que conozco la puedo comparar sólo con la de Marrakech, ésta me pareció con calles más estrechas y quizás fue por el cansancio, pero sentí a los vendedores más cargosos que los de Marrakech. De todas maneras los colores y lo que se veía era muy interesante: vendedores (de todo!!), como no se permiten autos dentro de la medina, cada cierto rato teníamos que corrernos para que puedan pasar unos carros tirados por burros.

Una de las grandes atracciones de Fes son las curtidurías, no estoy segura si esa es la palabra correcta en español, pero en inglés sería Tannery, que es donde tiñen el cuero. Los colores que se ven son muy lindos, generalmente el olor que hay es muy fuerte, pero tuvimos suerte de tener un día nublado y no tan caluroso!!

Después de seguir recorriendo teníamos ganas de comer comida mas occidental, así que ahí estábamos en un restaurant tratando de explicarles que yo quería un arroz con huevo frito y la Fran una ensalada de lechuga, nos fueron a preguntar por lo menos 3 veces como queríamos la comida y cuando la llevaron a la mesa, se quedaron mirando cómo nos comíamos esas cosas tan raras!
Al día siguiente decidimos irnos de Fes hacia Chefchaouen, así que sacamos pasaje para la tarde. Todavía teníamos varias horas libres antes de nuestro bus, así que aprovechamos de ir a conocer el barrio judío, no sé si fue porque era viernes (los viernes son como feriados allá) o qué, pero no nos gustó mucho. Lo que sí nos gustó fue un parque que tuvimos que cruzar, lleno de árboles, fuentes, además el día estaba muy lindo.
Y bueno, esa fue nuestra pasada express por Fes, y ahora al siguiente destino: el pueblo azul.