Cumplida la maratón en el bus llegué a Saigón, o Ho Chi Minh City, el nombre oficial (antes era Saigón pero en 1975 lo cambiaron a Ho Chi Minh City). Pensé que después de haber pasado el mayor tiempo del bus durmiendo no iba a poder dormir acá, pero estaba agotada, así que a comer y a dormir.
El viernes me levanté temprano, para ir a los famosos túneles Cuchi, fue toda una experiencia, como dos horas en bus, y en el complejo (que está hecho para turistas) pudimos ver una simulación a las entradas que habían, nos explicaron como respiraban (varillas de bambu), de donde sacaban agua (hicieron un túnel que llegaba al rio y tenían pozos), en fin nos explicaron un poco como lo hicieron y cómo vivían. Después de independizarse de los franceses en 1954, Vietnam quedó dividido en dos: Vietnam del norte y Vietnam del Sur. Durante la Guerra Fría el norte recibió el apoyo de la República Popular de China y la URSS, mientras que el Sur obtuvo el respaldo de Estados Unidoss, pero no lograron vivir en paz y comenzó la Guerra de Vietnam, que terminó con la retirada de las tropas estadounidenses en marzo de 1973 y la toma de Saigón en abril de 1975. Estados Unidos no participó tan activamente en la guerra hasta 1964.

En verdad después de haber pasado por 100mt de túneles (adecuados para el turista occidental, son más grandes), es admirable como vivieron por más de 10 años: sin luz, poco oxigeno, calor, en fin, condiciones extremadamente difíciles.

Bueno el resto del día no hice mucho hasta la noche, que llegó Anna (la holandesa con la que he estado recorriendo Vietnam) y salimos a comer con otros holandeses que estaban en nuestro mismo hostal: fue una noche de “lujo”, fuimos a comer Sushi, estaba demasiado bueno y parece que el restaurant era conocido porque cuándo nos fuimos había fila para entrar! De ahí nos fuimos al hostal porque quedamos de juntarnos con más gente para ir a un bar en un rooftop. También estaban Terri y Franca, las holandesas con las que hice el tour a Sapa. En verdad lo encuentro genial, te vas topando con la misma gente en los distintos pueblos, casi todos hacen lo mismo. Bueno al final nos fuimos a un club que quedaba cerca y nos habían recomendado (el bar era demasiado caro jajajaja, nos dio para un trago nomás), fue genial, habían hartos vietnamitas y son muy buena onda acá, les gusta conversar con los extranjeros.
Al día siguiente madrugamos para poder ir al Museo de la Guerra, ya me habían advertido que había imágenes muy fuertes, y es verdad. De hecho este museo creo que antes se llamaba algo como Museo de los crímenes de guerra de Estados Unidos con Vietnam. Según lo mostrado, los ataques que hizo Estados Unidos a gente inocente (civiles, mujeres, niños) fue cuático, sin contar el efecto que tuvieron las bombas químicas, cuyo objetivo era destruir la vegetación, pero que tuvieron efectos secundarios hasta el día de hoy, porque el daño genético se traspasa de generación en generación. Por fa busquen “Agente naranja” o “Agent orange”.

En la tarde salí a recorrer los alrededores y en la noche nos juntamos a comer con Anna, Terri y Franca, la última noche en Saigón y ya parte una nueva aventura, ellas se van a Camboya y yo me voy a Myanmar. Cada uno de los lugares que fui en Vietnam, tenían algo distinto, y lo que me llamó la atención de acá, es que es mucho más ciudad de Hanoi (capital), hay más edificios altos, con harta luz, hay mucho más motos que en Hanoi (moverse en auto es muy lento), y lo que más me llamó la atención, fue que todos te advertían que tuvieras cuidado con tu bolso: en el hostal, el guía de los Cuchi Tunnels, el primer día conocí a una niña que trataron de quitarle la cartera desde una moto, a Anna se la trataron de quitar también y hoy en la mañana conocí a un gallo que estaba a punto de subirse al bus, llevaba su mochila en la mano (con todos los documentos, plata, etc), pasó una moto y se la robaron. Tuvo suerte porque justo antes de irme lo vi y me dijeron que la habían encontrado, supongo que sacaron lo valioso y dejaron los documentos. En verdad ese ha sido el peligro más grande que me ha tocado vivir en este viaje (y bueno las estafas de los taxistas, que muchos arreglan el taxímetro), fuera de eso, Asía es un lugar muy seguro para viajar, siempre y cuando seas responsable, porque al igual que en todo el mundo hay barrios más peligrosos, y si andas mostrando todas tus cosas de valor: la ocasión hace al ladrón. Sólo no hay que exponerse.

Negra que increible los tuneles!!! Cuida tu cartera y tu celular jajaj!!
Ita… super bueno tu relato sobre diagonal y la guerra.
Cuidate de los rateros… hay. Chilenos en todas partes.
Un abrazo
te estay poniendo socialistoide, felicidades