Estoy de vuelta! Este es un post bastante largo, y no taaan entretenido, es un poco de mi proceso en la búsqueda de trabajo.
Bueno, y llegó el momento que estaba postergando: salir a la calle a buscar trabajo con el CV en mano. Imprimí algunas copias y partí a recorrer una calle con restaurants, primero entré a los que tenían un cartelito de que buscaban gente. Se mueren lo estresante que fue, tuve que sacar toda la personalidad que tenía escondida, y empezar a hablar. Me sentía roja como un tomate! Fue difícil pero desafiante! En verdad soy super tímida, especialmente para estas cosas y bueno, por esa misma razón lo postergué por un par de semanas, pero si realmente quieres trabajo, tienes que salir a repartir CV’s por todas partes.
De todos los lugares donde deje mi CV hubo uno que me tincó mucho: una tienda de pastas, donde había una señora muy amorosa trabajando, y me empieza a conversar porque me ve con cara de perdida, le conté que estaba haciendo y me dice que le deje una copia porque su jefe le comentó que quería contratar a alguien, además me dice que vaya al restaurant de la esquina y que pregunte por el dueño porque es su amigo, así que fui pero él no estaba pero igual dejé una copia de mi CV.

Bueno y después de ese día tuve una semana muy productiva en términos de “pruebas” de pega: los primeros en llamarme fueron de un restaurant/pescadería, al que postulé por facebook, andaban buscando una mesera multiuso (que limpie también). Así que partí e hice la prueba por dos días, entretenida la pega, atender a clientes, compartes con las otras personas que trabajan ahí, aunque quedé pasada a pescado frito.
El mismo día que me llamaron de un restaurant italiano, pero para que vaya en la noche y me ofrecieron una prueba para hacer pizzas: así que partí a cachar que onda. El trabajo era ponerle los ingredientes a las distintas pizzas que vendían, eso era lo complicado, la variedad, eran más de 20! Lo encontré entretenido, y también fui a hacer una prueba por dos noches.

Esos dos restaurants fueron exactamente en los mismos días pero a distintas horas, así que yo corría de un lado a otro. Al final quedé en los dos, los dueños felices porque aprendí rápido y querían que empezara altiro, pero ahí me vino el stress, porque los dos trabajos eran cash in hand, o sea me iban a pagar en efectivo, menos del mínimo legal. Me costó pero al final desistí, en algún momento pensé en tomar el de las pizzas, porque era de noche y al lado de mi casa y seguir buscando durante el día, pero tomé la decisión de decir que no.
El tercer trabajo del que tuve prueba era prácticamente vendedora puerta a puerta: el producto, suscribirse a una fundación y pagar mensualmente una donación. Después de un día caminando, decidí que tampoco quería eso (el pago era 100% comisión). Me requetecontra congelé, porque aparte los únicos zapatos decentes que tenía no eran los más adecuados para andar caminando, y al final a esta empresa les da lo mismo la situación de la gente a la que visitan, los que más te acogían y te escuchaban eran los que menos tenían, y honestamente no me habría sentido bien, ya cuando prácticamente obligó a una señora que le dijo que no tenía casa, que recién la había perdido y que estaba alojando ahí porque unos amigos la recibieron, decidí irme. La pobre señora no cachó en que se estaba inscribiendo!!!

Bueno y cuando ya iba de regreso a mi casa me llega un mensaje de texto del dueño de la tienda de pastas preguntándome si aún estaba interesada en trabajar con ellos. Así que partí al día siguiente a hablar con él y obvio que lo primero que le pregunto es si la paga es real o cash in hand, y era legal, así que quedamos que al día siguiente iba a ir a ver cómo funcionaba la tienda. Y justo ese día le tocaba trabajar a la señora amorosa: Paula. Ella es australiana de Melbourne toda su vida, muy buena onda y buena para conversar. Así que así partió mi entretenimiento, un jueves en la mañana, y bueno básicamente es vender y yo era feliz, porque cuando chica jugaba a ser vendedora que daba boletas y vuelto y yo era feliz. Después volví en la tarde para ver como se cerraba la tienda, y cuando ya estábamos listas, llega su marido a buscarla y me invitan a tomarme una copa de vino con ellos. Muy simpáticos y amorosos los dos!

Bueno, me junto con mi futuro jefe al día siguiente y quedamos en que la semana siguiente voy a ir a conocer las otras tiendas, donde voy a trabajar. Donnini’s Pastas, es una tienda de pastas frescas que lleva varios años en Melbourne, y que recientemente fue comprada por Ross (mi jefe) y Mario, el chef que llevaba años trabajando en Donnini’s. Tienen tres tiendas: Carlton, que es donde llegué a pedir trabajo, y que queda cerca mi casa; Toorak, donde está la cocina y hacen toda la pasta y Canterbury, una tienda tranquila en un barrio clásico de Melbourne. Cada tienda tiene su encanto y gracia. Carlton es super movida, clientes todo el rato; Toorak, siempre algo que hacer, ayudar en la cocina, preparar materiales para las otras tiendas, te entretienes con los de la cocina. Y Canterbury, es la tienda más lenta que tienen, pero con su encanto, y me deja tiempo libre para leer. En todas tenía mis clientes regulares, que se sabían mi nombre y todo. Empecé trabajando 3 días a la semana, pero le pedí más días a mi jefe, así que reemplacé a una de las vendedoras que se fue de vacaciones, así que por 5 semanas estuve trabajando dos días en Toorak y 4 en Canterbury. Ya cuando volvió de sus vacaciones, seguí con dos días en Toorak, uno en Canterbury y uno en Carlton.

Bueno a los largo del post les fui dejando fotos de los productos que vendíamos, todos hechos a mano y frescos cada día, y hay que decirlo, pucha que era rica esa pasta, se siente la diferencia. Y ese fue mi primer trabajo oficial en Melbourne, una experiencia genial pero ya llegó el momento de moverse, así que después que les cuente de lo que estuve haciendo en mi tiempo libre, les contaré de mis vacaciones que están por comenzar.

Querida Ita, siempre es un real agrado leer tus experiencias de viaje. Me entretengo con ellos y los disfruto. Un cariñoso saludo y los mejores deseos que continues tan bien.
Hola Ira, siempre te gustó vender y dar boletas, usabas los vales de mi oficina y te gustaba escribir con lápices de varios colores¡
Que ricas las pastas, ahí parece que subiste un poco de peso, jajajaja